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Tribunales 

Tres años de cárcel para las dos croatas por robar en un piso de Valladolid e intentarlo en otros cuatro

Centraron sus entradas en viviendas en la zona de la plaza de toros del paseo de Zorrilla y en tres casos huyeron porque había moradores dentro de los domicilios 

La dos acusadas por robos en pisos de Valladolid han sido condenadas a tres años de prisión.E.P.

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La Audiencia de Valladolid ha impuesto una condena de tres años de cárcel y tres meses a las ciudadanas de origen croata Loba T. y Romina S. por un delito continuado de robo con fuerza en las cosas en casa habitada y otra serie de intentonas en otros pisos de la capital, entre los meses de septiembre y octubre de 2024.

En su sentencia recogida por Europa Press, la Audiencia Provincial considera probada la participación de las dos encausadas en el robo de joyas perpetrado en un inmueble de la calle Estadio y en otro intento de robo en un piso de la calle Las Mercedes, al tiempo que el tribunal imputa a Loba T. otros robos intentados en viviendas de las calles Capuchinos y Concha Velasco y a Romina S. otro robo, también fallido, en un piso en la calle Alcántara, de ahí la citada pena privativa de libertad para ambas por delito continuado de robo--les aplica la atenuante de reparación del daño--y la obligación de indemnizar, de forma conjunta y solidaria, a la propietaria de las joyas robadas con la cantidad de 4.218,93 euros y con 164 euros a la propietaria de uno de los inmuebles que sufrieron daños en la cerradura.

Las dos encausadas, a las que el tribunal ha acordado también dejar en libertad, rechazaron durante el juicio su implicación en cualquiera de los delitos imputados, tanto en el robo de joyas por valor de 4.000 euros consumado en un piso de la calle Estadio como en el forzamiento de las cerraduras de cuatro viviendas ubicadas en las calles Concha Velasco, Capuchinos, Alcántara y Las Mercedes.

Pese a ello, la fiscal del caso pidió para cada una de las encausadas penas que en su conjunto suman seis meses y un día de cárcel--les aplica la atenuante de reparación del daño al haber consignado 4.000 euros de responsabilidad civil--y las correspondientes indemnizaciones, tanto por las alhajas desaparecidas (4.218,93 euros) como por los daños valorados en 164,04 euros en uno de los pisos que supuestamente trataron de violentar.

Entre las pruebas que la fiscal del caso esgrimió contra Loba T. y Romina S, ambas en prisión desde su detención, figuran las testificales de dos de los propietarios de los inmuebles que llegaron a identificarlas, así como la huella dejada por una de ellas en una puerta y las imágenes de ambas grabadas por la mirilla electrónica de uno de los pisos.

Quienes las identificaron son el inquilino de la calle Capuchinos y la propietaria de una vivienda Alcántara. El primero, en su declaración, recordó que el día de los hechos se acaba de tumbar en la cama para echar la siesta cuando oyó cómo abrían la puerta y al poco escuchó ruido de pasos y el cuchicheo de varias mujeres en el pasillo. Dio unos gritos y ni siquiera pudo ver a las ladronas porque ambas salieron a la carrera.

Sin embargo, el testigo explicó que salió al balcón y observó en la calle a dos mujeres, a una de las cuales, antes de salir corriendo, pudo verle la cara porque llegó a girar la cabeza. "Sin ningún género de duda era ella", mantuvo al señalar con el dedo a Loba T, al tiempo que reconoció igualmente los dos chalecos que las acusadas llevaban y que les fueron incautados en su momento en las maletas que aún permanecían en el Hostal San Antolín de Tordesillas donde se habían alojado.

Por su parte, la ocupante del piso en Alcántara identificó a la otra acusada, Romina S, como la joven que trató de entrar en su morada y a la que vio perfectamente a través de la mirilla de la puerta. "Escuché ruido en la cerradura y al mirar a través de la mirilla la vi manipular la cerradura, hasta que consiguió abrir. Cerré la puerta y ella volvió a intentarlo", recordó la testigo, quien por ello llamó con el móvil a la policía y puso el manos libres para tratar de poner en fuga a la ladrona.

La víctima confesó el temor que entonces sintió al comprobar la persistencia de la acusada. "No entendía que tratara de entrar aun sabiendo que yo estaba dentro y por eso me llegué a preguntar qué sería de mi si lograba su propósito", apuntó la mujer, quien también entiende que la acusada no se encontraba sola porque "era muy pequeñita y la fuerza que ejercía para tratar de abrir no era ni medio normal".

También declaró la dueña del piso ubicado en la calle Estadio donde sí se llegó a consumar el robo, tal y como pudo comprobar el día de los hechos al llegar y percatarse del desorden existente en el inmueble, sobre todo en su habitación, donde habían desaparecido de su armario multitud de joyas y 450 euros en metálico que había en la mesa del salón. "¡El día que me llamó la policía para decirme que habían detenido a las autoras me dieron una satisfacción tremenda, aunque hay daños psicológicos que no se pagan con dinero!", advirtió la víctima de este robo que el tribunal entiende que fue cometido por ambas encausadas.

Alertado por su gato

Se da la circunstancia que otro de los afectados es un conocido abogado vallisoletano a quien, presuntamente, 'visitaron' las acusadas en su piso de la calle Concha Velasco, donde acababa de comer y se había echado en la cama de su dormitorio escuchando música con los cascos.

El letrado explicó que en un momento dado su gato se coló en la habitación, se subió a la cama y comenzó a comportarse de forma extraña. "No le di mucha importancia pero cuando comenzó a bufar y a ponerse en modo ataque llegué a pensar que me podía haber dejado algo en el fuego", ha declarado Óscar O.C, quien ha apuntado que al salir de la habitación para comprobarlo se topó con una joven en el pasillo que al verle salió corriendo "como una exhalación", en referencia a la mujer que el tribunal entiende probado que se trataba de Loba T. ya que la policía halló una huella palmar suya en la parte exterior de la puerta de entrada, cerca de la mirilla.

Grabadas por una mirilla electrónica

Otra de las pruebas que, a juicio, de la acusadora pública confirman la autoría por parte de las dos encausadas obedece a la grabación de ambas realizada por la mirilla electrónica ubicada en un piso sexto situado en un inmueble de la calle Mercedes donde se produjo otro intento de robo, concretamente en un piso situado en el séptimo, que la sentencia imputa igualmente a las dos croatas.

La grabación de la mirilla--se activa automáticamente al pasar alguien al lado de la puerta--fue remitida a la policía y constituye la prueba principal que permitió identificar a las supuestas autoras, que fueron detenidas el día 4 de octubre cuando se encontraban en la calle Muro. A esa inicial identificación siguieron el registro del vehículo de alquiler que utilizaban, donde fue hallada parte de la ropa supuestamente utilizada en los robos e instrumental propio para la comisión de los delitos, y de las dos maletas que habían dejado en el referido hostal sito en Tordesillas.

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