TRIBUNALES
El ministerio pagará 104.000 euros a un guardia civil accidentado por el mal estado de la A-6
De servicio en un día de lluvia en el tramo de Villardefrades, perdió el control de su moto por una señal repintada cuando la normativa establece eliminar el material existente
La AN anula la resolución de Transportes que denegó la indemnización

Motocicleta del guardi civil de Tráfico tras el accidente en la A-6 en Villardefrades, sentido Madrid.
Si es noticia que un particular gane un litigio al Ministerio de Transportes por mal estado de una carretera y ser ésta causante, por tanto, del accidente, lo que ya entra directamente en los anales de la jurisprudencia española que el promotor de la demanda sea un funcionario del Estado, un guardia civil motorista de Tráfico de la Guardia Civil.
El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agencia Urbana ha sido condenado a indemnizar a un motorista de la Guardia Civil de Tráfico de Valladolid con 104.500 euros por las lesiones, secuelas y perjuicio patrimonial del agente (de 63 años de edad cuando ocurrieron los hechos) después de que se cayera de su moto en la A-6, en el término de Villardefrades, dirección Tordesillas.

Valladolid
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Diario de Valladolid | El Mundo
La Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional (AN) sostiene que el agente de tráfico sufrió el accidente en un día de lluvia debido al mal estado de la carretera, ya que su motocicleta Yamaha FJR 1.300 resbaló por una señal horizontal en la calzada que había sido repintada, algo no permitido, ya que la normativa obliga retirar la capa existente.
La reciente sentencia de la AN, a la que ha tenido acceso este diario , estima el recurso del agente ante la resolución denegatoria del Ministerio de Transportes de julio de 2022, cuando la titular del departamento era Raquel Sánchez Jiménez (luego sustituida por Óscar Puente).
El agente, en su primera reclamación ante el Ministerio expuso que solicitaba indemnización por los daños personales derivados del accidente sufrido el día 10 de abril de 2020, sobre las 17:03 horas, estando de servicio como agente de la Guardia Civil de Tráfico. En concreto, se encontraba de patrulla conduciendo la motocicleta Yamaha 1.300 por la Auto vía A-6, cuando a la altura del kilómetro 212,770 (Villardefrades) se produjo la caída de la motocicleta sobre el asfalto y la de su conductor, que impactó fuertemente contra la calzada.
El siniestro se produjo al estar la calzada mojada por la lluvia, concretamente, por el deslizamiento del neumático anterior sobre la superficie de una señal horizontal consistente en una flecha blanca pintada en la calzada, que señaliza el ramal de salida hacia la derecha, junto a un carril de deceleración.
Reclamaba en vía administrativa la cantidad de 104.517,98 euros e imputaba la responsabilidad a la Administración, por haber incumplido sus obligaciones de conservar y mantener las carreteras abiertas a la circulación en condiciones tales que la seguridad de quienes las utilicen esté normalmente garantizada.
Concretamente, alegaba como causa del accidente un evidente defecto de mantenimiento de la vía, puesto que el contacto del neumático con la flecha blanca de dirección, al estar repintada en varias capas y con el pavimento mojado por la lluvia, redujo de forma drástica el coeficiente de rozamiento, de modo que el reclamante no pudo evitar la caída de la motocicleta.
El Ministerio tumbó tal pretensión al no apreciar relación entre la pintura de las flechas horizontales en el asfalto con el accidente en sí.
Conducta «distraída»
Así dijo: «No concurre en este caso el exigible nexo causal entre el daño producido y el funcionamiento del servicio público; considerando que el siniestro se produjo, tal y como se recoge en el informe de la Guardia Civil, como consecuencia de la conducción distraída o desatenta por parte del conductor de la motocicleta, sin que incidiesen en el proceso desencadenante del daño las condiciones de funcionamiento del servicio público, rompiendo por tanto el nexo causal a que se refiere el artículo 32 de la Ley 40/2015».
No conforme, el guardia civil rebatió la mayor y expuso que su hoja de servicios era impoluta. Así, expuso, con documentación oficial del instituo armado, que es un experimentado conductor de vehículos motocicleta en su calidad de agente de la Guardia Civil de Tráfico; que nunca cursó baja laboral por accidentes con la motocicleta.
También se remitió al informe pericial realizado por un experto máster en Investigación y Reconstrucción de Accidentes de Tráfico, que acreditó que la flecha blanca de dirección pintada sobre la calzada «había sido repintada varias veces» provocando un «exceso de deslizamiento»; que la caída de la motocicleta se produjo por el deslizamiento del neumático anterior sobre la superficie blanca de la señal horizontal blanca (flecha de indicación) de la calzada, circunstancia ésta fortuita y poco previsible por parte del conductor siniestrado.
Por último, insistió en que el Ministerio de Fomento es el responsable del defectuoso mantenimiento de la vía de su titularidad, pues el mantenimiento de la vía en cuestión ha supuesto el repintado de varias capas de la pintura blanca, cuando la normativa (Guía para el proyecto y ejecución de obras de señalización horizontal del Ministerio de Fomento) señala que cuando existe un número excesivo de capas de pintado se procederá previamente a la eliminación del material existente.
Un daño ajeno al agente
En la sentencia, la AN da la razón al guardia reclamante, con matices, «No concurriendo base probatoria que permita apreciar una conducta incorrecta o imprudente por parte del agente accidentado, motorista experimentado, con muchos años de servicio, que se encontraba prestando servicio en una zona conocida para él, aun cuando la señal horizontal cumpliese todas las normas de aplicación, sí resulta apreciable en el presente caso la existencia de un daño antijurídico que la persona accidentada no tenía el deber de soportar», finaliza.
Incapacitado para la profesión
Las crónicas periodísticas de Valladolid de aquel 10 de abril de 2020 recogieron que el estado del motorista de la Guardia Civil era «grave» cuando fue trasladado en helicóptero al Hospital Clínico Universitario de Valladolid.
La sociedad vallisoletana aún estaba consternada con la muerte de otro agente de la Benemérita hacía menos de un año. Juan Luis Vara Lorenzo, de 42 años, experimentado motorista de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, perdió la vida el 11 de mayo de 2019 cuando abría paso al pelotón formado por doscientos ciclistas que participaban en el III Trofeo Villa de Mojados cuando enfilaban la última vuelta.
Sin olvidar que cuatro años antes, en mayo de 2016, otro motorista de Tráfico de la Guardia Civil moría en la mimas autovía. El día 18 de aquel mes un motorista de la Benemérita, de 56 años y con iniciales D.A.N. murió al ser atropellado cuando realizaba un auxilio mecánico a un camión que circulaba por la autovía A-62, a su paso por Tordesillas (Valladolid), a la altura del kilómetro 146,600 de la autovía A-62, en sentido Burgos.
Por fortuna, el guardia motorista herido en Villardefrades pudo salvar la vida, pero tuvo que abandonar la Guardia Civil por las secuelas de sus lesiones. Perteneciente al puesto de Tordesillas, derrapó la moto de servicio en la A-6, y fue evacuado en helicóptero al Clínico de la capital vallisoletana después de que el médico y la enfermera del centro de salud de Mota del Marqués le auxiliaran y estabilizaran.
El servicio regional de emergencias 112 informó que el accidente se produjo en torno a las 17.20 horas en el punto kilométrico 212.700, en sentido Madrid.
Como consecuencia de la caída sufrió lesiones que le causaron tres días de perjuicio muy grave, ocho de consecuencia grave y 233 de perjuicio moderado, además de secuelas en la zona cervical, el hombro y el codo, sin olvidar que fue diagnosticado con incapacidad total. En concreto, ya no pudo proseguir en su profesión de guardia civil y se vio abocado a trabajar por cuenta ajena con un sueldo neto anual de 29.672 euros, por lo que reclamó perjuicio patrimonial por lucro cesante. La cantidad total que reclamó y le ha sido concedida es de 104.518 euros; correspondiendo 13.591 a lesiones temporales y 90.936 euros a secuelas psicofísicas.