La jueza manda a la cárcel al acusado de asesinar al novio de su ex pareja en Viana

Prisión sin fianza. La jueza manda a la cárcel al acusado de asesinar de varias puñaladas al novio de su ex pareja en la localidad vallisoletana de Viana de Cega. El detenido, José Luis M. S., como ya había hecho ante la Guardia Civil, se acoge a su derecho a no declarar en el Juzgado, que decreta su ingreso en la prisión de Villanubla, comunicada y sin fianza.

"El Juzgado de Instrucción número 5 de Valladolid, en funciones de guardia, ha ordenado prisión provisional, comunicada y sin fianza para el hombre detenido por matar al compañero sentimental de su expareja en la localidad de Viana de Cega", detalla el comunicado remitido desde el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, en el que se recuerda que los hechos ocurrían en la madrugada del martes, en la vivienda que habitaban la ex del presunto agresor y la víctima, quien moría tras recibir varias puñaladas que le asestaba el ahora encarcelado con una navaja.

"La jueza, atendiendo la petición de la Fiscalía, ha acordado prisión provisional, comunicada, sin fianza", continúa la nota del TSJCyL, en la que se indica que la causa está abierta por delito de asesinato. Finalmente, se señala que el Juzgado de Instrucción 5 se inhibe en favor de Instrucción 4 que estaba de guardia cuando ocurrieron los hechos.

El detenido en la madrugada de este martes como presunto autor del apuñalamiento mortal al novio de su expareja en la localidad vallisoletana de Viana de Cega pasaba en la mañana de este miércoles a disposición judicial. Se trata del militar José Luis M. S., del regimiento de El Empecinado, que se acogió a su derecho a no declarar durante su arresto en la Comandancia de la Guardia Civil de Valladolid, en la Avenida de Soria, y se mantenía con la misma actitud ante el Juzgado.

El presunto autor de los hechos permaneció más de treinta horas en los calabozos, de donde ha salido para ser puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 5 de la capital.

José Luis M. S. mantuvo una relación de veinte años con su expareja, de la que permanecía separado desde hacía dos años y con la que había tenido dos hijas. Según los primeros indicios, podrían haber sido los celos los que le llevaron a cometer la agresión.