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La calle de la faena de Valladolid
Los 74 metros que ocupa en un tramo paralelo al Paseo Zorrilla la convierten en una de las calles más pequeñas de Valladolid, pero la tranquilidad que se respira allí a diario en este entorno peatonal, situado al lado de la plaza de toros, se transforma ante la presencia de numerosos aficionados cada vez que se celebran festejos taurinos
Los 74 metros que ocupa la calle del Coso dan mucho de sí. Es una de las más pequeñas de Valladolid pero logra una transformación sorprendente cuando llegan los festejos taurinos a la capital, sobre todo las corridas de toros. La apacible y tranquila calle del Coso, en un tramo paralelo al Paseo Zorrilla, es el punto de encuentro de cientos de aficionados que acuden a la plaza de toros durante las fiestas de la Virgen de San Lorenzo y San Pedro Regalado. Las terrazas de Los Toreros y El Ruedo dan fe de ello. Son los dos bares que están en boca de quienes se disponen a vivir la fiesta nacional.
Arancha Rodríguez, al frente del bar Los Toreros desde 1996, comprueba año tras año la abismal diferencia entre un día normal y otro que incluye una corrida de toros. Lo sabe muy bien hasta el punto de que en más de una ocasión ha servido el desayuno a Julián López, El Juli. Los toreros acostumbran a dar un paseo por el entorno de la plaza en la que intentarán llevar a cabo una gran faena y las prolongadas mañanas dan tiempo más que suficiente para un largo paseo, un café o un refresco y hasta una pequeña conversación con quien se acerque a ellos en busca de un autógrafo en las horas previas a su presencia en el coso vallisoletano.
Gerard Merayo, al frente del bar El Ruedo desde hace 14 años, también ha atendido a un buen número de toreros que se mezclan entre el público horas antes del comienzo de su actuación. La calle del Coso es muy pequeña pero no tiene nada que envidiar a las grandes avenidas situadas en otras zonas de la capital. Los menos de 100 metros de calle albergan seis establecimientos comerciales -incluidos los dos bares- y uno de ellos se ubica en la esquina que une las calles del Coso y del Peral. Se trata de Comercial F. Pinedo. Sus vecinos de negocio son Uñas bonitas y +..., Viajes Gran Bahía y Peluquería Mírame. El pequeño tramo de calle tiene mucha vida y es que los ciudadanos que se dirigen desde el Paseo Zorrilla a Puente Colgante, la calle donde se encuentra la estación de autobuses, acortan el recorrido y ganan unos minutos en su trayecto.
Sabor taurino por los cuatro costados... Calle del Coso, Plaza de Toros, Calle Los Toreros, taquillas para comprar las entradas, bar Los Toreros, bar El Ruedo. La explanada exterior se acondicionó en 1999. El Ayuntamiento de Valladolid encargó la realización de una escultura para rendir homenaje al matador de toros vallisoletano Fernando Domínguez (1907-1976), conocido como el ‘Chico de Cleto’. La escultura está situada sobre un pedestal circular de mármol, ligeramente por encima del pavimento. Una placa en el pedestal dice: «La ciudad de Valladolid a Fernando Domínguez. Mayo 1999». Al final de la pequeña calle se encuentra otra escultura, Arco de Toros, obra de Carmen R. Tablada que consta de cuatro cabezas de toro de metal, vaciadas en su interior y unidas entre sí formando un arco sobre un pedestal de hormigón. La obra, situada allí desde el 13 de mayo de 2007, incluye unos versos de Jorge Múrtula: Fuerza de metal y fuego / hermosura exhuberante / bravura de campo y cielo / buscando vida en el aire.
Conviene tener en cuenta que la calle del Coso guarda cierta relación con la Plaza del Viejo Coso. Allí estuvo la primera plaza de toros de Valladolid, construida en San Quirce en 1833. La actividad taurina cesó en este escenario en 1890, año de la inauguración de la actual plaza del Paseo Zorrilla. Las equivocaciones son frecuentes cuando alguno de los comerciantes de la calle del Coso realiza un pedido y comprueba con cierto desencanto que el repartidor lo ha llevado a la Plaza del Viejo Coso. Allí estuvo la primera plaza de toros de la capital. Fue construida en 1833 en San Quirce, muy cerca del palacio Fabio Nelli. Los antiguos palcos desde los que se presenciaban las corridas de toros son ahora viviendas y el ruedo es un parque. Se trata de uno de los rincones más llamativo de Valladolid. La actividad taurina finalizó en el Viejo Coso en 1890 al inaugurarse la nueva plaza del Paseo Zorrilla. Por aquí han pasado los primeros ‘espadas’ a lo largo de los años.
Arancha Rodríguez atiende a sus clientes del bar Los Toreros desde el 6 de mayo de 1996. Más de 28 años vienen acompañados de multitud de recuerdos y anécdotas. Vecinos y transeúntes que pasan a diario por la calle del Coso agradecen los beneficios de un tramo peatonal. No tiene nada que ver con lo que se encontró Arancha cuando abrió el negocio. Los aficionados que acudían a la plaza de toros aparcaban allí sus coches. No había ninguna señalización y eso obligaba a darse prisa porque los últimos ya no encontraban hueco y tenían que dar varias vueltas por el entorno en busca de una plaza lo más cerca posible.
Al igual que su vecina de establecimiento, Gerard Merayo no es ajeno al cambio espectacular que se produce en la calle durante las fiestas de la Virgen de San Lorenzo y San Pedro Regalado. Valladolid suele presentar magníficos carteles taurinos y eso anima también a aficionados de otras provincias a desplazarse para ver a sus ídolos. Por este bar también han desfilado muchos de los toreros que después estuvieron en el ruedo. Los clientes se agolpan antes de entrar en la plaza y la actividad se acentúa.
Los otros cuatro negocios de la calle también son testigos de la notable presencia de aficionados a la fiesta nacional, aunque en su caso la recaudación apenas varía. Pero lo más importante para ellos es que cuentan con esa clientela fiel que se han ganado con el transcurrir de los años. Svetoslava Velinova está al frente de la peluquería Mírame desde hace siete años. En ese tiempo, esta mujer de Bulgaria ha mantenido a los clientes que tuvo con anterioridad durante los otros siete años que los atendió en otra peluquería al lado de los Franciscanos.
Viajes Gran Bahía llegó a la calle del Coso hace 19 años. Mar Díaz, que está al frente del negocio, señala que el local se había dedicado años antes a la reparación de vehículos y neumáticos. También recuerda que un muro llegó a separar esta calle con la que se encuentra al lado, el Peral. Ella también asistió a ese cambio espectacular que se producía cada vez que había festejos taurinos.
Luci Veliz regenta el establecimiento Uñas bonitas y +... desde hace siete años. Es la que menos tiempo acumula en la zona pero los siete años han servido para seguir ganando clientela día tras día. Al final de la calle se encuentra Comercial F. Pinedo. La entrada a la tienda se realiza por la calle del Coso pero prácticamente la mitad del establecimiento forma parte de la calle del Peral. Montse Gutiérrez suma allí 14 años, aunque es una veterana en el negocio ya que antes de su traslado había trabajado en otra tienda situada en la calle Francisco Suárez.
Da la impresión de que forman una pequeña familia. Se conocen unos a otros, han tenido mucho tiempo para tomar juntos un café y para intercambiar opiniones y coinciden al resaltar las bondades de esta calle y de este entorno fundamentalmente taurino. Se encuentran en el Paseo Zorrilla, casi enfrente de El Corte Inglés y muy cerca de la estación de autobuses, en una calle de 74 metros repleta de vida.