Diario de Valladolid

HOTEL LA PERLA

El nuevo hotel de la harinera La Perla aprovechará el caudal como energía

Tendrá categoría de cuatro estrellas, en lugar de 5, lo que le permitirá ampliar más estancias a costa de reducir las 29 habitaciones actuales / Será un edificio sostenible y de alta eficiencia

Estado actual del viejo hotel Marqués de la Ensenada en una imagen de esta semana.

Estado actual del viejo hotel Marqués de la Ensenada en una imagen de esta semana.J. M. LOSTAU

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El nuevo negocio hotelero que se asentará en la vieja fábrica de harinas de La Perla (cerrada en 2006), en la esquina de las avenidas de Salamanca y Gijón, tendrá como uno de sus grandes atractivos que rescatará su histórica función de molino de energía hidráulica, para aprovecharla como fuente de generación eléctrica para el autoconsumo del histórico edificio.

Esta es una de las novedades que se expondrán en la presentación del proyecto en un acto que está previsto para el próximo 12 de junio con la asistencia de la propietaria del inmueble, la sociedad zamorana Zágando Inversiones. y la empresa que ejecutará la renovación del que fuera hotel de 5 estrellas ‘Marqués de la Ensenada’, nombre que tomó en honor al promotor del Canal de Castilla, bajo el reinado de Fernando VI.

Pero ahí no terminan las transformaciones de calado del edificio que fue sede por okupación del colectivo social La Molinera hasta que fue desalojado por orden judicial el 18 de abril de 2023.

Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Monumento desde el 13 de junio de 1991, cuando fue inaugurado a finales de 2009 el hotel Marqués de la Ensenada mantuvo una categoría de 5 estrellas hasta que cerró el 2 de enero de 2017. Y contaba con 29 habitaciones (22 habitaciones normales, 3 superiores, 3 suites y una exclusive) y 3 salones (Salón Goya, Salón Reyes y Sala del Canal).

La idea ahora es redistribuir la superficie de estas amplísimas estancias y ganar en habitaciones. Un paso en el que va variar de 5 a cuatro estrellas, según informaron fuentes cercanas a la operación.

Otra novedad. Será un un edificio sostenible, de alta eficiencia energética, a lo que ayudará, como fuente de electricidad para autoconsumo, el aprovechamiento del caudal de agua del Canal de Castilla que circula entre los enormes muros pétreos de sus cimientos hasta desembocar en el río Pisuerga.

El caudal del Canal de Castilla fluye bajo el edificio.

El caudal del Canal de Castilla fluye bajo el edificio.J.M.LOSTAU

Suelo acristalado

La espectacularidad del caudal y de las máquinas del molino que generaban electricidad siempre han sido una tentación para exhibirlas con orgullo por parte de todos los dueños del edificio. En la etapa del hotel Marqués de la Ensenada, una estancia, denominada Sala del Canal, situada en el sótano, contaba con una gran parte de superficie acristalada en el suelo para poder observar el discurrir del agua del Canal bajo los pies del visitante.

Esta sala también exponía de forma permanente algunos de los utensilios industriales que se encontraban en la fábrica de harinas La Perla antes de su transformación, acompañados por una colección de fotografías y paneles didácticos.

Los huéspedes podían observar los molinos de cilindros sistema ‘Bhuler’ o los cedazos, denominados ‘Plansichter’, máquinas ideadas a finales del siglo XIX por Hegensnacher, así como diferentes modelos de básculas y otros utensilios propios de las harineras que blasonaron Tierra de Campos en los siglos XIX y XX.

El reto es recuperar el glamur del hotel, aunque la empresa es complicada con respecto al mobiliario, ya que parte fue vendido cuando los segundos dueños del hotel tuvieron que abandonarlo apremiados por embargos. El resto lo hicieron los saqueos en las semanas posteriores al cierre del establecimiento.

Desde que el edificio quedó desalojado de forma definitiva en la madrugada del 18 de abril de 2023, los nuevos destinos del hotel que se han sopesado han sido varios. De hecho, la sociedad ‘Zángano Inversiones’, filial del Grupo Cobreros Gil de los hermanos Rodrigo y José, ha barajado hasta tres negocios distintos al de hospedaje. Así, meditaron crear un centro de personas mayores, un complejo médico y más recientemente un centro de salud mental.

«Ésta posibilidad se maduró muy seriamente hasta finales de 2023, ya que los dueños ya habían cerrado con una prestigiosa clínica de salud mental de Madrid, que ésta colaborara en un proyecto, que además iba a completarse con un centro de día con especialidades muy avanzadas», señalaron las fuentes.

Lo que sí está claro es que una reapertura como hotel ayudará a agilizar los trámites, ya que partiría de una licencia concedida, a la que habría que introducir «ajustes», una ventaja importante con respecto a si se hubiese apostado por un geriátrico, por ejemplo. De momento, para ganar tiempo, la sociedad, Zángano ya ha solicitado al Ayuntamiento de Valladolid la Declaración responsable de obras y usos (DROU), un trámite que permite al promotor la realización de obras de modificación, reforma o rehabilitación no integral de construcciones e instalaciones existentes. Todo ello con vistas al desescombro de efectos y mobiliario que han quedado tras el paso de ‘La Molinera’.

Vigilancia de 24 horas

Los nuevos dueños trasladaron a este diario, nada más consumarse el desalojo, que estaban con la clara intención de dotar de actividad al viejo hotel a la mayor brevedad. «No hace falta explicar lo que supone un edificio cerrado sin uso, porque todo son gastos. Pero si todavía esta no es una razón de peso, la situación nos está obligando a una vigilancia de 24 horas con personal de seguridad privada, además de la instalación de cámaras y otros equipos», manifestó Rodrigo Cobreros, para ilustrar su interés en reabrir el inmueble cuanto antes.

112 años de historia

Este histórico edificio nació en 1912 como la histórica harinera ‘La Perla’, y lo hizo sobre las cenizas de la harinera original levantada en 1841 en el mismo enclave de la confluencia de la avenida de Salamanca, con la avenida de Gijón. Asentado sobre la desembocadura del Canal de Castilla, está declarado como Bien de Interés Cultural y su interior incluye como decoración maquinaria del viejo molino. En el año 2009, de la mano de constructora vallisoletana Francisco Capellán, se convirtió en el hotel Marqués de la Ensenada, el único espacio hotelero con categoría de cinco estrellas de la capital. Un singular edificio en la desembocadura del Canal de Castilla con el río Pisuerga y con una decoración que simulaba la del siglo XIX. Íntegramente tematizado en la Ilustración española y sus personajes más relevantes, que aportaban una estética particular a sus 29 estancias.

En 2015 empezó su declive con la venta del dueño original a una empresa levantina. Sometido a un bucle de caída de ventas y de impago de nóminas, el 2 de enero de 2017 su dueño, el alicantino Rafael Martínez, abandonó el inmueble dándose a la fuga y dejando a toda su plantilla en la calle. La propiedad (Alba Patrimonial) llegó a vender el mobiliario de mala manera. En 2018 el colectivo social ‘La Molinera’ okupó el hotel y fueron desalojados los activistas en dos ocasiones (la primera en marzo de 2022) y la segunda y definitiva el 18 de abril de 2023.

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