Diario de Valladolid

BARRIO A BARRIO

La calle vallisoletana del 98

Los dos establecimientos más veteranos de la calle que lleva el nombre del escritor y filósofo Miguel de Unamuno dos bares con más de 30 años al servicio de los vecinos, coinciden al ensalzar las bondades del entorno

Panorámica del barrio de Covaresa y la calle Miguel de Unamuno en 1999

Panorámica del barrio de Covaresa y la calle Miguel de Unamuno en 1999ARCHIVO MUNICIPAL

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Valladolid

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Los establecimientos ubicados en Covaresa han asistido a la enorme transformación que ha llevado a cabo el barrio en las más de cuatro décadas que lleva en pie. La zona tiene nombres de escritores y una de las arterias más importantes es la calle Miguel de Unamuno, escritor y filósofo de la generación del 98 y uno de los grandes referentes de aquel grupo de escritores y poetas. Dos bares, uno que lleva el nombre del propio autor, son los más veteranos del entorno y testigos del cambio registrado.

Unamuno y Alisson son dos puntos de encuentro. Allí se citan amigos de todas las edades para iniciar una conversación. Quienes trabajan al otro lado de la barra coinciden al hablar de las bondades de la calle. Hay mucha vida, el barrio sigue creciendo y hay todo tipo de establecimientos para atender cualquier necesidad. Lo único que echan en falta es una entidad bancaria. La última sucursal que hubo en la zona bajó la persiana y los vecinos necesitan desplazarse hasta el barrio vecino de Parque Alameda para realizar cualquier gestión.

Las puertas de Valladolid, obra de Cristóbal Gabarrón, marcan la separación entre Parque Alameda y Covaresa. Ahí está la respuesta a quienes preguntan dónde termina un barrio y comienza el otro. Los dos han crecido de forma espectacular en el número de viviendas y en la multitud de tiendas que abastecen a los vecinos y que ofrecen también productos a quienes se acercan a cualquiera de los dos barrios. Miguel de Unamuno cuenta con una longitud de 477 metros.

Los más jóvenes disfrutan en la pista de pumptrack construida por el Ayuntamiento, en la que exhiben sus habilidades, mientras la Asociación de Vecinos recuerda la necesidad de un Centro de Mayores para los residentes que ya han superado la edad de jubilación.

Los vecinos de la calle Miguel de Unamuno llevan a gala que residen en una vivienda que recuerda al brillante escritor y filósofo, uno de los grandes maestros de la generación del 98. Lo mismo ocurre con quienes habitan en las calles y plazas más cercanas y es que los nombres corresponden a grandes autores como Miguel Delibes, Pío Baroja, Federico García Lorca, Camilo José Cela, Ortega y Gasset, Pérez de Ayala y Wenceslao Fernández Flórez, entre otros.

Una de las primeras curiosidades de los residentes apunta siempre al nombre de la calle, avenida o plaza. ¿Quién fue este señor, o señora, que figura en las placas del callejero? La pregunta se la hacen todos por igual. Y en el caso de Unamuno (Bilbao, 1864; Salamanca, 1936), si existe gran interés por conocer a fondo su vida y obra resulta obligado acudir al famoso episodio que protagonizó en 1936 en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca. Unamuno se dirigió al general José Millán-Astray, fundador de la Legión, con una frase que forma parte de la historia de España: «Venceréis, pero no convenceréis». Fue la respuesta del escritor al militar, que previamente había expresado: «Mueran los intelectuales» tras su discurso.

Ocurrió el 12 de octubre de 1936 en la jornada de apertura del curso universitario. Unamuno respondió de forma contundente a Millán-Astray. «Este es el templo del intelecto y yo soy su supremo sacerdote. Vosotros estáis profanando su recinto sagrado. Diga lo que diga el proverbio, yo siempre he sido profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta en esta lucha, razón y derecho. Me parece inútil pediros que penséis en España».

Antes de que Covaresa fuera una realidad -el nombre corresponde a las iniciales de la promotora que puso en marcha la urbanización de la zona, Constructores Vallisoletanos Reunidos S. A.-, en los terrenos sobresalían viñedos y tierras de cultivo. Hablamos de finales de los 70 cuando los propietarios de la promotora mencionada presentaron el proyecto del plan parcial encaminado a la construcción de viviendas. Y antes de ser conocido como el barrio de Covaresa, la zona respondía a la denominación de Ciudad Jardín. Se encuentra a las afueras de Valladolid y en aquellos años daba pie a pensar que se trataba de una zona residencial. La calle Miguel de Unamuno, y todas las plazas y avenidas que la rodean, forma parte de uno de los entornos más modernos de la capital.

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