Diario de Valladolid

Carnero y Puente, duelo en las vías

Integración versus soterramiento. El alcalde, Jesús Julio Carnero, defenderá ante el exalcalde y ahora ministro de Transportes, Óscar Puente, que el soterramiento es posible, que goza de un amplio respaldo social y que se dan las condiciones para afrontarlo, aunque esto suponga parar la integración que está en marcha. Para Puente la integración en superficie ofrece resultados visibles a corto plazo y es un proyecto mucho más barato, 300 millones, que el soterramiento. Para el viernes, el ministro anuncia que presentará «las distintas opciones de integración del ferrocarril en la ciudad», lo que anticipa que dará detalles y cifras de lo que supondría el soterramiento

Publicado por
Fernando Martín
Valladolid

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Los trenes, las vías, son un motivo cinematográfico que da mucho juego. La sede de la Delegación del Gobierno será este viernes el plató de un duelo, una pelea, sólo dialéctica, con el tren como atrezzo . Los dos  protagonistas se conocen bien, incluso mantuvieron una relación cordial pese a pertenecer a ‘productoras’ que están en las antípodas ideológicas, pero sus visiones contrapuestas sobre cómo debe rodarse la escena  para  que el tren, que parte la ciudad en dos,  acabe integrado en la trama urbana sin que suponga  una barrera entre barrios, acabó en un enfrentamiento que tendrá mañana un nuevo capítulo. 

Más que un largometraje , la pugna entre el ex alcalde de Valladolid y ahora  ministro  de Transportes, Óscar Puente, y su sucesor en la alcaldía, Jesús Julio Carnero, tiene visos de convertirse en una serie que se mantendrá en pantalla, al menos, mientras el regidor esté en escena. Mañana se enfrentada dos visiones opuestas para afrontar el problema que representa el tren en Valladolid y nada hace presumir que  los contrincantes vayan a moverse un milímetro en sus posiciones.

Después de solicitarlo en reiteradas ocasiones por carta, de pedirlo con insistencia, Carnero se sentará este viernes frente a Puente .   A veinticuatro horas del ‘duelo’,  el anuncio del ministro  de que presentará «las distintas opciones de integración del ferrocarril en la ciudad» indican que tiene  un as en la manga. 

Todo apunta a que Puente viene con la cartera cargada de  datos, cifras y plazo s  de  lo que supondría ejecutar el soterramiento, argumentos para intentar demostrar que la magnitud del proyecto aconseja seguir con la integración que está en marcha, aunque no parece que, incluso así, Carnero vaya a renunciar. 

La reunión no  está exenta de cierta  tensión después del cruce de mensajes en los últimos meses entre el alcalde y el exalcalde y  ya la convocatoria  misma con el anuncio de que el ministro presentará a los medios «las diferentes opciones» no pareció gustar  mucho al  Ayuntamiento .

El ministro  defenderá la integración del tren en superficie, el proyecto que puso en marcha él en sustitución del soterramiento.

En esencia, esta intervención urbanística consiste en la construcción de una serie de pasos peatonales  y túneles a lo largo de la vía, alrededor de veinte , para permeabilizar la barrera que supone ahora la línea férrea y así facilitar la comunicación entre los barrios que se encuentran a uno y otro lado.

La operación cuesta unos 300 millones de euros y las previsiones, sobre el papel, apuntan a 2033 como fecha para terminar todos los túneles y pasos, aunque hasta ahora sólo se han construido tres: el paso de Rafael Cano,  y el túnel de Panaderos más  otro paso peatonal y ciclista en este mismo punto.

En   marcha está otro paso que da a la calle Padre Claret y pronto empezarán las obras para rebajar la cota del túnel de Panaderos, otra de las actuaciones incluidas en el proyecto de integración. 

Y en el aire está la demolición del viaducto del Arco de Ladrillo para construir en su lugar un túnel, uno de los proyectos claves de la integración. El túnel resultante podría hacer inviable el soterramiento, de ahí que el Ayuntamiento se haya apresurado a rechazar el proyecto presentado por

Adif y reclamar modificaciones

Así estaban cosas cuando llegó Jesús Julio Carnero al Ayuntamiento en junio de 2023 y, como decía el cantautor cubano Carlos Puebla, el alcalde ‘mandó a parar’.  Carnero convirtió el soterramiento en la razón de ser de su campaña electoral y en el eje en torno al que gira su mandato, convencido de que sí se puede hacer, aunque para ello haya que parar el proyecto que está en marcha y empezar de cero. También para esto hay un título de película: ‘Volver a empezar’ .

La llegada de Puente al Ministerio de Transportes fue un premio para  el exalcalde , pero  también para Carnero, que vio cómo su interlocutor en el Gobierno para su proyecto estrella era  el exregidor de la ciudad.  Puente sería, en último caso, el responsable si no logra cumplir su promesa de recuperar el soterramiento  ¿Quién mejor que alguien que ha sido alcalde de Valladolid y ahora es ministro de Transportes para sacar adelante un proyecto que cambiaría la ciudad? insiste cada vez que se le pregunta a Carnero por el soterramiento. Al fin y al cabo, ¿qué son uno cientos de millones de euros para un ministerio que este año tiene un presupuesto de 21.273 millones, señala también el alcalde?

El de mañana es un duelo en  el que los dos se la juegan. Puente firmó ante notario en mayor de 2011, cuando estaba en la  oposición, que llevaría a cabo el soterramiento. En 2015 llegó a la alcaldía y  heredó el proyecto de su antecesor, Francisco Javier León de la Riva, después de veinte años con un balance de 800 metros soterrados,  pero lo paró  al  destaparse una deuda de 400 millones en la Sociedad Valladolid Alta Velocidad, la encargada de ejecutarlo.  Ahora, desde su nueva responsabilidad, corre el riesgo de acabar como el malo de la película.

Carnero prometió que se marcharía si no consigue poner en marcha el soterramiento, pero no dijo qué plazo se daba. Si  lo que quiso decir es que si en esta mandato -termina en mayo de 2027- no logra parar la integración y sentar las bases para un futuro soterramiento se apartaría y no repetiría como candidato deberá ser consciente de que lo tiene difícil. Las posiciones son conocidas y nada hace presagiar que vaya a producirse un acercamiento. En realidad no hay posibilidad de un solución intermedia:  o es integración o es soterramiento.

En defensa de la integración, Puente dijo, cuando dio el paso y optó por este proyecto, que es  la  alternativa más realista, segura y  la  que ofrece resultados en un plazo razonable, frente a una operación que no tiene visos de realizarse a medio plazo.  Y, por supuesto, una opción mucho más  barata : 300 millones la integración frente a  un coste del soterramiento que se desconoce  pero que puede alcanzar los tres ceros.

Puente podrá recordar a Carnero que no fue él quien dio carpetazo al soterramiento, sino un ministro del PP, Íñigo de la Serna, quien en 2017, durante su etapa como titular de Transportes, firmó el  convenio que puso en marcha la integración en superficie y sustituía al firmado en 2003. De la Serna estuvo entonces en  el Ayuntamiento de Valladolid y aunque señaló que le parecía «justo» que Valladolid reclamara el soterramiento era «inviable», si bien matizó que era un objetivo al que debía tenderse en el futuro. Es cierto que entonces Carnero, presidente del PP de Valladolid, mantuvo que había que seguir adelante con el soterramiento, la baza que ahora quiere jugar.

El ministro ya dijo, en su intervención en el foro el Diario de Valladolid-El Mundo, que hay que «acabar con la fiesta de los soterramientos» , en alusión  al elevado coste de este tipo de actuaciones, pero eso, el coste, es una de las grandes incógnitas en el caso de Valadolid. La pregunta sin respuesta es cuánto cuesta hoy hacer un túnel de siete kilómetros desde la calle Daniel del Olmo, en el polígono de Argales, hasta la zona del Campus Miguel Delibes, a la altura del barrio de Los Santos-Pilarica, para llevar el tren bajo tierra en todo su recorrido urbano.

Las cifras manejadas desde 2003 han sido dispares y alguna superaba los mil millones, pero nunca llegó a concretarse.  Dado que existe la previsión de añadir nuevas vías en la estación Campo Grande ante  el incremento del tráfico ferroviario, el coste aumentaría de forma considerable.  Por el anuncio de la convocatoria enviada a los medios  desde  el Ministerio de Transportes parece que, esta vez sí, habrá una cifra y Puente la dará a conocer. «Lo que tenga que decir lo diré el viernes» , dijo ayer el ministro al ser preguntado por sus expectativas para la reunión.

Para Carnero, el hecho de que Puente se siente a hablar con él del soterramiento, como había solicitado con insistencia, ya es un tanto, y aunque asegura que siempre es optimista sabe que el ministro no cambiará su posición . Sus argumentos son también conocidos, el primero de ellos ¿por qué si en otros lugares del territorio nacional se han realizado soterramientos no va a ser posible en Valladolid? Carnero recuerda el caso de Murcia -el Ayuntamiento prepara una excursión con los medios de comunicación para ver el resultado de la supresión del tren en superficie en aquella ciudad-  pero también la reciente adjudicación del proyecto para soterrar cuatro kilómetros de vía en el municipio barcelonés de  Montcada i Reixac por un importe de 540 millones de euros.

El alcalde insiste en el cambio radical que representaría para la ciudad eliminar la barrera de las vías y no tiene duda de que, más temprano o más tarde, el soterramiento llegará a  Valladolid. La existencia de una plataforma para reclamar el proyecto, en la que están representados  colectivos muy diversos, es para el alcalde una muestra de que cuenta con un amplio respaldo social. Incluso rebate uno de los argumentos con más peso, si no el que más, utilizado por Puente como es la deuda de 400 millones de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad y señala que en esa cantidad están incluidos los  140 millones que costaron los nuevos talleres de Renfe construido en el páramo de San Isidro, unas  instalaciones que están entre las más modernas de Europa y que  ya forman parte de la infraestructura logística de la ciudad.

Carnero expondrá que el soterramiento no tiene por que ejecutarse de corrido y que puede realizarse por fases , lo cual puede facilitar  las cosas, sobre todo  a la hora de programar el presupuesto, y le dirá aquello de tú eres el ministro y puedes.  Sobre sus expectativas ante el encuentro de mañana, Carnero afirma que su pretensión es   «mejorar la vida de los ciudadanos de Valladolid» y  asegura que ahora se dan «las mejores condiciones» para afrontar el proyecto.  El alcalde añade que el objetivo último «es el  bienestar de los vecinos de Valladolid y a ello no puede ser ajena ninguna administración».

Desde el abrazo de Carnero y Puente cuando este último se despidió del Ayuntamiento han pasado varios meses y  muchas cosas y hoy aquella escena parece ya bastante lejana. La película ahora va de otra cosa. Los dos están separados por el tren, ya lo estaban también antes, y a ver qué guionista es capaz de inventarse un final feliz para esta película.

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