Tercera víctima en apenas medio año por incendios y explosiones en viviendas en Valladolid

Una gran explosión y un fuerte ruido. Tras un primer aviso donde los vecinos alertaban de un gran ruido en la calle Cisne de Valladolid a primera hora de esta mañana, la posibilidad de otra explosión de gas inundaba las cabezas de todos los enterados. Ha pasado medio año ya desde las dos explosiones sucedidas en la capital vallisoletana en pleno mes de agosto, en las cuales perdieron la vida dos personas, y hoy las sensaciones pasadas las 11.00 horas eran bastante parecidas aunque sin conocer exactamente las causas y sus consecuencias. 

La primera sucedió el 1 de agosto en el número 32 de la calle Goya , en La Farola, donde resultó muerta Teresa Bergondo, de 53 años. La causa: una fuga de gas accidental, la cual llevaría a otra muerte, la de Diego H.H. de 57 años, apenas un mes después en el número 23 de la calle Juan de Valladolid en Parquesol , el día 29. Estos hechos, con muchas características similares, se cobraron la vida de aquellos que vivían en el lugar de la explosión. Teresa en un primer piso y Diego en un tercero.

Hoy las noticias amanecen de forma similar, aunque el origen no es el mismo. Tras descartar una primera hipótesis de una posible fuga de gas, en el cuarto piso del número 3 de la calle Cisne, todo apunta a un incendio provocado por el estallido de una pequeña estufa  ubicada en el salón, posiblemente causado por una regleta .

Hoy la víctima es Edu, una persona impedida con una discapacidad, que habitaba en el lugar del incendio, junto con su madre impedida en silla de ruedas, también atendida por inhalar humo, y otros dos integrantes que estaban en arrendamiento. Así en escaso medio año tienen lugar estos hechos de diferente origen y causas pero con un mismo final : un muerto en cada una de ellas.  

Una vez asegurado, está previsto que  se permita el acceso a las viviendas afectadas  por el incendio, excepto a la vivienda 0, donde deberán investigar las causas exactas. Gracias a que han podido reaccionar cubriendo las rendijas de sus puertas con toallas para evitar el acceso del humo, un detalle que a diferencia de las otras dos ocasiones, ha facilitado el acceso, donde el inmueble de Goya se vio realmente muy afectado.