Diario de Valladolid

La Audiencia Nacional pide investigar el fármaco que provocó ceguera

José Carlos Pastor, sobre el Ala Octa: «Nadie se imaginaba que en 5 minutos se quedarían ciegos»

El fundador del IOBA, la institución que averiguó que el producto sanitario era tóxico, considera que «los hospitales no son responsables» por su uso y que «el Ministerio de Sanidad tenía que haber unificado criterios e indemnizar a todos»

El creador del IOBA, José Carlos Pastor. -PHOTOGENIC

El creador del IOBA, José Carlos Pastor. -PHOTOGENIC

Publicado por
Diego González
Valladolid

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Todavía son muchas las piezas que siguen sin encajar en la la fabricación, evaluación y comercialización de ‘Ala Octa’ , pero el primer ‘puente’ para encontrar la resolución de esta larga historia fue construido por el Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) y José Carlos Pastor , su fundador, que pudo determinar que este producto sanitario era tóxico . Una alerta que evitó que más pacientes sometidos a operaciones de desprendimiento de retina quedasen ciegos para toda su vida, mientras los al menos 125 personas afectadas en toda España mantienen su esperanza de encontrar la verdad que nubló sus vidas.

Gran parte de esa búsqueda de la verdad es resuelta por José Carlos Pastor, que desde el principio quiere aclarar la historia al máximo, incluso desde cómo se debe nombrar al ‘Ala Octa’. No es un colirio ni son lágrimas artificiales, es un producto sanitario a base de perfluoroctano consistente en un líquido transparente y poco viscoso para, coloquialmente, «planchar la retina». A priori parece una operación sencilla, pero Pastor rehúye de este calificativo y opta por el de «compleja». Un término del que no hace uso cuándo ofrece su opinión sobre el modo de actuar del Ministerio de Sanidad: «Tenía que haber unificado criterios e indemnizar a todos» . Una decisión que habría agilizado trámite tras trámite y reducido previsiblemente los más de 10 años de investigación en los que se encuentran la mayoría de casos.

Adentrados ya en un viaje de recuerdos, Pastor explica que la primera alerta de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) fue del 26 de junio de 2015 debido a que estaban produciendo casos de «ceguera inmediata» tras la aplicación del ‘Ala Octa’ , fabricado por la empresa alemana, Ala Medics GmbH. Con esas primeras notificaciones, llegó la llamada del dueño de la compañía a la AEMPS para informar que su producto era «seguro» y  había sido testado conforme las normas ISO.

En ese test se halló la primera raíz del problema, debido a que no medía lo que tenía que medir, entonces el ‘Ala Octa’ era altamente tóxico sin tratarse de un único lote, como se llegó a suponer. Así, desde el primer hasta el último producto sanitario que se comercializó en 28 centros sanitarios de 13 comunidades autónomas estaba en mal estado, acrecentándose según el paso del tiempo. «El producto se iba autooxidando» , asegura Pastor, que recuerda que el dueño de Ala Medics GmbH seguía insistiendo en que el ‘Ala Octa’ era bueno y eran los oftalmólogos los que lo usaban mal , con España como único país con casos notificados mientras en el resto de países no era obligatorio reportarlos. «Los alemanes lo llamaron The spanish problem» , recuerda Pastor.

Sin fiarse de las palabras del empresario, los responsables del Osakidetza -Servicio Vasco de Salud- pidieron a la AEMPS que se hiciera una contra prueba, localizando al IOBA para que realizara una investigación . «Averiguamos que el producto era tóxico y la AEMPS nombró un comité para evaluar los casos», afirma Pastor, cifrando en cerca de 120 los pacientes que se quedaron ciegos para siempre.

Para el fundador del IOBA, el correspondiente marcado CE del ‘Ala Octa’ originó la «confianza» para su aplicación en operaciones de desprendimiento de retina, sin ser obligatorio el aviso de su uso sobre los pacientes. «Nadie se imaginaba que en 5 minutos se quedarían ciegos» , expresa al respecto, calificando de «desgracia» que el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid acaparase los cinco casos de afectados en Castilla y León.

«Pero los hospitales no son responsables y no actuaron incorrectamente» , concluye Pastor, que remite su esperanza para aplicar la justicia sobre los efectos adversos del ‘Ala Octa’. «Aunque llega tarde», concluye.

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