Valladolid, cómplice de los 'Placeres y Pecados' de Vanesa Martín
La cantautora cautivó al público con un concierto de más de dos horas en el Delibes que arrancó con su clásico Frenar enero
Casi dos horas y cuarto de canciones, sentimientos, confesiones y alguna reivindicación. Con 'Frenar enero ' empezaban los 'Placeres y Pecados' de Vanesa Martín, que encandilaron este sábado 3 de junio a un entregado Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid. Hubo tiempo para los mensajes profundos con temas de siempre ( Polvo de Mariposas , 90 minutos, Complicidad ...) que se alternaban con los del último álbum. La cantautora también dejó espacio para las risas -preguntando a su público si alguna letra le había removido y si habían mandado un WhatsApp a alguien-, para las pullas simpáticas, como cuando dijo con entre bromas que se valoraba más al artista de fuera; para confesiones -reconoció que en Valladolid ha sido "muy feliz en la vida personal y profesional" y que las segundas partes nunca le parecieron buenas salvo en alguna canción-, para reivindicaciones, que cada cual ame a quien quiera "sin etiquetas" , y sobrevolándolo todo, emoción. Una emoción que trasladó a quienes coreaban con ella sus himnos y escucharon alguna anécdota curiosa, como cuando una película le llevó a componer en un vuelo en su iPad una de sus letras.
Dedicó una canción a los niños y niñas que estaban entre el público, recibió continuos y prolongados aplausos desde la sala varias veces puesta en pie y hasta regalos que le pidieron que abriera, pero ella, con su particular simpatía, se sacudió esa responsabilidad diciendo que no fueran "cotillas". Agradeció a los presentes la intensidad con que la habían acompañado esa noche, reconoció el placer de poder disfrutar juntos de la cita, los convirtió en cómplices de sus historias y transmitió el sentimiento que acostumbra. Le pidieron 'otra, otra' y salió, vaya si salió. Empezó el concierto a pasadas las nueve y no dejó de cantar hasta casi las once y cuarto. Vanesa Martín cargó de emoción y de ritmo la noche vallisoletana y sus fieles seguidores volvieron a mostrarle su incondicional devoción.