El Río Hortega logra con cirugía robótica salvar el riñón en cánceres complejos
El hospital vallisoletano es uno de los pocos centros de España que utiliza la intervención por robot y extirpa con éxito más de cien tumores renales complicados / Trabaja para convertirse en centro formador en el manejo del robot Da Vinci
El servicio de Urología del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid es uno de los pocos centros en España que utiliza el robot Da Vinci para salvar el riñón en procesos complejos de carcinoma renal. Desde que se pusieron en marcha este tipo de operaciones, que se celebran todos los lunes, ya se han realizado más de 100 con resultado «muy satisfactorio». La técnica utilizada hasta la llegada de la cirugía robótica para la extirpación de este tipo de tumores era la de la cirugía laparoscópica a través de una única incisión de tres centímetros, empleando una cámara y el instrumental específico para llevar a cabo la extracción. Sin embargo, con esta nueva técnica se cumple un doble objetivo: «eliminar el cáncer y conservar el órgano».
Este abordaje logra, según explica Marcos Cepeda, jefe de servicio de Urología del hospital vallisoletano, precisión gracias a la imagen 3D magnificada , acceso a espacios milimétricos y libertad de movimientos, lo que permite conseguir una mejor visión del campo quirúrgico, menos pérdida de sangre, además de reducir el dolor postoperatorio y la estancia hospitalaria. « Si todo va bien, en tres días el paciente estará en casa y con su riñón ».
En este punto, expone que una persona con dos riñones tiene mucha más esperanza de vida que una con solo uno. A esto se une, agrega, que con el paso de los años se desarrollan enfermedades, como hipertensión, litiasis, diabetes… que afectan a estos órganos. Además, « si aparece otro problema en el riñón tiempo después de haber extraído el primero, la única opción sería la diálisis ; mientras que, si se salva el órgano, la situación es muy diferente», apunta.
La utilización de este abordaje para el tratamiento del cáncer renal, uno «de los más frecuentes» debido al aumento de pruebas de TAC o ecografías para el control de otras enfermedades, se realiza en cuatro tipos de operaciones oncológicas –«la única vía para el tratamiento de estos tumores a los que no se puede eliminar ni con quimioterapia ni con radioterapia », apostilla Marcos Cepeda–.
Una de ellas es para los tumores que están pegados a los vasos renales. En todas las cirugías, tal y como explica, lo fundamental es no dañar los vasos renales para que el paciente no se desangre; por este motivo, antes de la llegada del robot Da Vinci se recomendaba extirpar el órgano entero para no correr ese riesgo. Sin embargo, ahora, sostiene el jefe de Urología del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, se realiza la cirugía robótica.
Otro de los casos que operan en el Río Hortega son tumores más grandes de siete centímetros . Es importante recordar que el riñón tiene un tamaño de 12 centímetros, por lo que extirpar un cáncer de este tamaño supone en muchos casos quitar la mitad del órgano, siempre que se pueda salvar la arteria renal.
«Durante la cirugía se cierra el flujo de esta arteria, por lo que cuentan con un tiempo limitado para realizar la extirpación y la reconstrucción del órgano, ya que ese flujo debe volver dentro de un tiempo concreto», detalla para, a continuación, señalar que son « 30 minutos» muy estresantes, en los que se trabaja a contrarreloj y, por eso, la precisión del Da Vinci es «fundamental».
Los tumores intrarrenale s, es decir, que están dentro del riñón son también otro de los casos sobre los que se realiza esta cirugía. «Se localizan por ecografía y, después, se accede a ellos creando un ‘pozo’ en el riñón. El tumor se extirpa y se realiza la reconstrucción del propio órgano», precisa el jefe de servicio de Urología del centro vallisoletano, quien manifiesta que otro caso es el de tumores posteriores, en los que el «robot Da Vinci permite acceder de forma laparoscópica por la espalda del paciente, sin necesidad de hacer una cirugía abierta con todos los riesgos que conlleva», subraya.
La primera intervención de este tipo se realizó en 2019, si bien reconoce que el número de estas operaciones ha aumentado mucho. «La cirugía robótica permite, además, que la recuperación de los pacientes sea mucho más rápida y mejor. Las personas que se someten a estos procesos tienen el alta en tres días cuando, anteriormente, debían permanecer en el hospital al menos diez», incide Marcos Cepeda.
En este punto, comenta que este procedimiento debe su éxito a la tecnología, como es el robot Da Vinci, pero, sobre todo, al conocimiento y a la preparación de los profesionales del servicio de Urología, que comenzó con este tipo de operaciones de la mano del doctor Amón. De hecho, avanza que la idea es ofrecer formación a otros hospitales para que puedan replicar este tipo de intervenciones . «Nos gusta mucho compartir todo nuestro conocimiento, trucos y soluciones a los problemas que se presentan en quirófano». Es más, van a presentar esta práctica en el próximo Congreso Nacional de Urología.
De igual forma, admite que realizar esta operación es «muy estresante y superexigente». Dura alrededor de cuatro horas , sin embargo, puntualiza que en todo momento el médico tiene que estar pendiente de que el paciente no se desangre o le dé un infarto. En ella participan tres profesionales del servicio de Urología más todo el personal de quirófano.
Todo esto ha permitido, a su parecer, no solo ayudar a pacientes con dos riñones y que quieren conservar ambos; sino a aquellos que ya perdieron un riñón –por diferentes motivos o por cirugía tradicional de extirpación total– y que ahora sufren un problema en el riñón restante. O para aquellos que fueron donantes y ahora se tienen que enfrentar a un proceso oncológico en el único riñón que conservan.
En esta línea, el jefe de Urología del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid recuerda el caso de una persona que donó un riñón y a los pocos meses se le detectó cáncer en el único que le quedaba. Le operaron con el robot Da Vinci, ya que si no tendrían que haber extraído el órgano y haber condenado a la persona a diálisis y al programa de trasplante. Lo mismo sucede con personas muy jóvenes que sufren tumores complejos o personas muy mayores a las que someterlas a una cirugía abierta sería peligroso. Sin olvidar, por supuesto, los enfermos bilaterales, es decir, aquellas personas a las que el cáncer afecta a los dos órganos.
Este servicio es, según celebra, pionero en cirugía laparoscópica renal y ahora se abre paso con esta nueva tecnología. «Es un proyecto que combina experiencia, tecnología y conocimiento». En este sentido, Cepeda adelanta que gracias a la tecnología cuentan con modelos 3D que les ayudan a tener una visión anatómica completa. Ahora quieren publicar todo lo que conocen sobre el robot Da Vinci para seguir ayudando a la comunidad médica y científica. Y que, a su juicio, todo son beneficios, desde eliminar el tumor y conservar el órgano a aumentar la esperanza de vida, pasando por reducir la estancia hospitalaria y las molestias postoperatorias.
Robot Da Vinci
El Hospital Universitario Río Hortega cuenta con un robot Da Vinci que funciona mañana y tarde en las especialidades de urología, cirugía general, ginecología, otorrino y cirugía maxilofacial. Según apuntan fuentes del centro vallisoletano, se realizan entre 10 y 15 intervenciones semanales con esta tecnología. De hecho, avanzan que están trabajando para poder usarlo en otro tipo de procedimientos. Además, comentan las mismas fuentes, quieren convertirse en centro formador en el manejo del robot Da Vinci tanto para los profesionales de su área de salud como de otras. En este sentido, ya se han llevado a cabo formaciones a profesionales de otras provincias y comunidades autónomas.