Diario de Valladolid

Sansón, el clásico vermú que endulza al país desde Laguna del Duero

Desde 2000, las bodegas Peñascal elaboran y embotellan en Valladolid este vino dulce, un histórico en aperitivos y postres

Bodegas Peñascal elabora el vino Dulce Sansón.- J. RIVAS

Bodegas Peñascal elabora el vino Dulce Sansón.- J. RIVAS

Publicado por
Diego González
Valladolid

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Más de 20 años ocupando un lugar privilegiado en fiestas, reuniones y otras celebraciones en toda España, y Laguna de Duero tiene gran culpa de ello. El vino Sansón es uno de los productos más tradicionales de las Bodegas Peñascal-Hijos de Antonio Barceló, pero que antes de relucir en las estanterías de los bares y triunfar en aperitivos o postres, también fue utilizado como digestivo para niños y niñas gracias a sus propiedades curativas.

Entre sus tonos rojizos se mueve un siglo de historia y los toques de diversas generaciones. Su inicio se remonta al año 1876 cuando Antonio Barceló Madueño funda en Málaga la Bodega Barceló y Torres para la producción de vinos dulces, aromatizados, licores, brandies y quinados. Sobre esta última gama empezó a destacar Sansón, concretamente desde 1903 , gracias la combinación de las variedades de uvas blancas Airén y Macabeo, plantas aromáticas y parte de una receta con detalles desconocidos pero endulzados con miel.

El vino Sansón, si bien llevaba aparejada un volumen de alcohol del 13,5% , desde su creación se le atribuyó propiedades curativas singulares de tal importancia que era ingerido por los niños y niñas para combatir la migraña, especialmente. Así, esta bebida servía como tónico, antiséptico, antioxidante, digestible, antibiótico y anestésico . Mientras, su graduación alcohólica se camuflaba con un sabor dulce caramelizado con toques de regaliz, especias y anís, por lo que su etiqueta llegó a estar protagonizada hasta por un niño, un aspecto impensable en los tiempos actuales. 

 

Bodegas Peñascal elabora el vino Dulce Sansón.- J. RIVAS

Bodegas Peñascal elabora el vino Dulce Sansón.- J. RIVAS

Gracias a este ‘don’ curativo, el vino se comercializó con rapidez y facilidad en Hispanoamérica , especialmente en Colombia, Puerto Rico y Venezuela. De hecho, en el país colombiano, concretamente en Santiago de Cali, emergió la bodega Enalia para producir el Sansón desde los años 60 «bajo el misticismo de una fórmula secreta y única» y «resultado de sus procesos y fórmulas que de generación en generación siguen conquistando paladares con su encanto mágico», reflejan en su página web. En Venezuela también se terminaría exportando, aunque décadas más tarde .

Tal fue el impacto del Sansón en el mercado colombiano que el vino evolucionó con más variedades que se mantienen hasta la actualidad, como el ‘Sansón Coffee’, que logra incorporar el sabor del café del mejor país en su producción, y ‘Sansón Maestro’ , «un homenaje a la sabiduría y la experiencia con la fórmula original», define la bodega.

En España, la distribución en su elaboración también se alejó de la Málaga natal de Antonio Barceló Madueño desde su fallecimiento en 1934 hacia ciudades como Valladolid, cuyos herederos instauraron la bodega Hijos de Antonio Barceló , su nueva denominación . Primero, en 1984 en Tudela de Duero tras adquirir las Bodegas Peñascal , y luego en el año 2000 , en Laguna de Duero, que se enfocó especialmente en la elaboración y embotellado del vino Sansón, convirtiéndose así en el vermú más antiguo de los que se producen actualmente en Castilla y León .

Tras la aparición de normativas que prohibieron el consumo de alcohol en menores de edad , sus características ‘curativas’ para tratar múltiples padecimientos se fueron diluyendo en contraposición a su verdadera fama como un ideal acompañante en aperitivos o postres gracias a su sabor acaramelado, especiado, con toques de regaliz y torrefacto por su gusto a café.

En Laguna de Duero también se empezó a producir una ramificación del Sansón, basada en un vermú rojo elaborado a partir de una infusión de botánicos, flores y semillas también ideal como aperitivo. En este caso, destacan toques de cítricos junto a los propios de regaliz y anisados dulces de la receta original «que aportan un postgusto agradable y sabroso, sin sensación secante ni astringencia», refleja la web de las Bodegas Peñascal. Y de Laguna de Duero al resto de España, postrándose en las mesas y banquetes como uno más de la familia. Siempre en vaso ancho y un par de hielos.

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