Diario de Valladolid

BARRIO A BARRIO

El barrio de Valladolid que reza en la iglesia de la misión

Era una gran finca de almendros pegada al casco urbano, que su propietario parceló y vendió a la manera de los años 60. «Un apretón de manos valía», dicen los vecinos. Desde entonces no se ha construido ningún templo en el barrio de Las Flores: «Somos poquitos», señalan. Las Misioneras del Corazón de María prestan su pequeña capilla todos los domingos

El barrio de Las Flores de Valladolid, foto a foto.

El barrio de Las Flores de Valladolid, foto a foto.

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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Junto al páramo de San Isidro, pero separado de él por el Canal del Duero, existía una gran finca poblada de almendros. La ciudad se iba aproximando en los años 60, con el bullicio de los cercanos barrios de Pajarillos, San Isidro y Delicias, que se llenaban de construcciones apresuradas. Era una explosión de nuevas viviendas para alojar a los centenares de trabajadores llegados del campo, que se apuntaban al desarrollismo industrial .

El dueño de esa parcela vio la oportunidad de vender su terreno y lo parceló como pudo. Vendía cada trozo de tierra a quien se lo quisiera comprar para levantar su vivienda y así, de manera informal, comenzó a llenarse de casas molineras lo que terminó llamándose ‘barrio de Las Flores’ . Aún hoy la mayoría de esas casas siguen en pie. En esos tiempos muchas familias llegadas de zonas rurales preferían vivir en algún lugar que se pareciera a un pueblo. Adquirían el terreno y lo edificaban con sus propias manos. «Eran tiempos que para comprar una tierra bastaba un apretón de manos» , relata en respuesta a este periódico Alfredo González, el presidente de la asociación de vecinos de Las Flores. La entidad ha querido conservar en su nombre, como homenaje, aquella raíz del distrito: ‘Los Almendros’.

Con el mismo escaso papeleo que requiere un apretón de manos, se fueron edificando las viviendas. Por eso muchas de ellas permanecieron sin legalizar hasta hace pocos años , con la tercera generación de vecinos viviendo ya bajos sus tejados. De hecho, una de sus zonas, la más próxima a la carretera de Villabáñez, ha sido la última de Valladolid en contar con alcantarillado . Continuaron tratando sus desechos con fosas sépticas hasta 2007.

Ese peculiar origen de ‘Las Flores’, una tierra rústica que fueron edificando pequeños propietarios del suelo en cuanto lo adquirían, evitó en todo momento que el barrio se convirtiera en una zona degradada . Nunca hubo chabolas en Las Flores, al contrario que en Delicias, San Isidro o Pajarillos. También las familias de etnia gitana, que poblaron y pueblan parte del distrito, siempre lo hicieron en sus casas molineras, bajo sus muros y techos bien habilitados.

Mucho ha cambiado en Las Flores en estos más de 50 años de existencia. Las calles, antaño de tierra, donde se formaban barrizales en tiempo de lluvias, están hoy asfaltadas. Hay parques y jardines, juegos para los niños, un Mercadona, cuatro bares, dos tiendas de ultramarinos, un centro cívico e incluso un centro de mayores . El consultorio médico, cerrado cuando surgió la pandemia, se instalará pronto en una construcción de nueva planta. Son dotaciones que algunos barrios nuevos, como Pinar de Jalón, aún no tienen.

«Lo único que no tenemos aquí es una iglesia» , apunta el representante vecinal. «Es porque somos poquitos», opina. Sin embargo, tan «poquitos» no son, ya que el barrio cuenta con 2.165 vecinos según el censo de 2022. Tiene más habitantes que otros como El Pinar, Puente Duero, Barrio España o Belén, por ejemplo. Además, es un barrio en crecimiento demográfico. El número de vecinos de hoy es un 153,81% mayor que treinta años antes , en 1991. O un 10% mayor que hace una década , comparados con los 1.960 registrados en 2012.

Además, es uno de los barrios más jóvenes de Valladolid , con 1,44 niños de menos de 14 años (el 19,9% del censo) por cada jubilado mayor de 65 (el 12,84% del total). Según los datos del último Plan General de Ordenación Urbana (PGOU),  Las Flores ocupa una extensión de 60 hectáreas , sobre las que se distribuyen 940 viviendas. Se trata, así, de una de las zonas con menor densidad de población , 23,48 habitantes y 15,64 viviendas por hectárea.

Milagros y Venancia

Sean «poquitos» o no, como decía González, el hecho es que la Archidiócesis vallisoletana no ha construido templo alguno. Son las monjas de la congregación de Misioneras del Corazón de María las que, desde hace 53 años, prestan su pequeña capilla todos los domingos. «Fueron más pero ahora solo quedan dos», señala el presidente de los vecinos. Se trata de Milagros Lázaro y Venancia Bombín , que llegaron allí hace décadas para hacerse cargo de la educación de los más pequeños. En los primeros tiempos de Las Flores regentaron una escuela donde aprendieron Primaria los primeros niños del distrito . «Ahora, además de la capilla, también nos dejan muchas veces espacios donde realizar actividades, sobre todo ahora que no tenemos sitio», explica.

Poco ha cambiado el trazado del barrio en este tiempo, aunque sí lo hayan hecho sus alrededores, con los planes parciales Campo de Tiro y El Pato , al oeste, o la construcción de los nuevos talleres de Renfe , al sureste, al otro lado del canal.

«Aquí todos nos conocemos y ya caminan por las calles los nietos de aquellos primeros que llegaron», relata el representante vecinal. Hay muchas personas mayores que siguen residiendo en aquella casa molinera que construyeron , aunque ya se van edificando algunas más modernas e incluso se han levantado promociones de viviendas en bloque. «Se construyó en una zona junto al canal 214 viviendas, y otras que pegan a la autovía, que son de protección y las hizo la Junta de Castilla y León».

Las mayoría de las casas siguen mostrando su perfil de siempre «pero las calles han mejorado muchísimo» , señala González. «Todo lo que tenemos pendiente con el Ayuntamiento se va cumpliendo, más o menos en plazo», asegura. «Teníamos la reivindicación de que asfaltaran las últimas calles que quedaban, pero ya están haciéndolo, con las obras en marcha. En cuanto a autobús, todo es mejorable, pero tenemos conexiones cada 15 minutos» .  

El principal objetivo inmediato del barrio es conseguir que se construya el nuevo centro cívico. «La obra se adjudicó a una constructora que ha acabado en pleitos con el Ayuntamiento, porque querían mucho más dinero que lo adjudicado», relata. La edificación se ha parado desde 2021 «pero esperamos que pronto se vuelva a adjudicar. Nos han dicho que podríamos tenerlo en un plazo de dos años» . Mientras, el centro cívico sigue en marcha en unas instalaciones «que se han quedado muy pequeñas». También se quedó pequeño el consultorio médico, que se cerró durante la pandemia . «Tendremos uno nuevo en el edificio del centro cívico, pues una parte se dedicará al consultorio», avanza el presidente de la Asociación de Vecinos ‘Los Almendros’.

Mientras, tendrán unas instalaciones temporales recién aprobadas a través de los ‘Presupuestos Participativos’ del Ayuntamiento , que servirán de centro de actividades, con una inversión de unos 50.000 euros más las obras de la solera de hormigón. Se realizarán con estructuras prefabricadas, en lo que se va construyendo el edificio definitivo. «Para el año que viene, en septiembre, tenemos dos iniciativas importantes, entre ellas la publicación de un libro con la historia del barrio , y juntar a la gente mayor», explica. La estructura temporal se ubicará en la esquina entre las calles Geranio y Narciso. 

En cuanto a seguridad y limpieza, «hasta ahora todo muy bien», señala González, quien recomienda la tranquilidad que se disfruta en el barrio. «Estaba previsto para el mes de junio el asfaltado de las últimas calles, pero como tenemos dos calles en ejecución, que se están ejecutando completas, aprovechando que ya están allí las máquinas han empezado a hacerlo todo».

El canal del Duero y el Camino de Hornillos al Sur; la carretera de Villabáñez, al norte; la ronda interior VA-20 al oeste y la ronda exterior VA-30 al este son los límites de Las Flores, que atravesó un momento fugaz de planes de crecimiento justo antes del estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008 . «Hubo muchas propuestas y estaban muy avanzadas, pero llegó la crisis y todo se detuvo», recuerda González. «Iba a haber chalés adosados detrás del Mercadona, y se iba a continuar el edificio en forma de óvalo junto a la VA-20, pero ahora todo lo que se construye es a nivel individual» , concluye. LOS NÚMEROS

Población. 2.165 vecinos según el censo de 2022. Ha crecido un 10,46% en la última década (1.960 en 2012). Renta media. Alrededor de 18.596 euros al año, un 20% menos que la media de la ciudad (23.515). Dotaciones. Centro cívico, consultorio médico y centro de mayores.

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