Diario de Valladolid

El asesino machista de África en Valladolid acepta 20 años de cárcel: “Sí me ratifico”

Veinticinco años de alejamiento de sus dos hijas para el técnico de Hacienda

José Javier Castro Fernández, el asesino machista confeso de África este viernes en la vista judicial en la que aceptó 20 años de cárcel. -PHOTOGENIC

José Javier Castro Fernández, el asesino machista confeso de África este viernes en la vista judicial en la que aceptó 20 años de cárcel. -PHOTOGENIC

Publicado por
Íñigo Arrúe
Valladolid

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«Sí, me ratifico» . José Javier de Castro Fernández, de 59 años, el asesino machista de su mujer (con la que estaba en trámite de separación) a cuchilladas en el chalet familiar de la urbanización Santa Ana el 21 de junio de 2021, ratificó ayer su conformidad de condena: 20 años y un día de cárcel por un delito de asesinato con la agravante de parentesco y la atenuante de compromiso de indemnización a sus dos hijas.

Una condena que acepta tras pactar con la Fiscalía y las otras cuatro acusaciones particulares: la familia de la víctima, la Junta de Castilla y León, la Asociación Clara Campoamor  y la Abogacía del Estado, interesada en la parte civil para que el acusado indemnice a las  hijas en tanto que víctimas de delito violento

A ello se suma también la condena a 25 años y un día de alejamiento de al menos 500 metros de sus dos hijas de 20 y 17 años de edad; la pérdida de la patria potestad sobre su hija menor (que en breves fechas cumplirá 18 años); libertad vigilada durante 5 años cuando cumpla íntegramente la pena de cárcel,  y el pago de indemnizaciones a éstas, ya que el resto de la familia de la víctima África Cuadrado Basas, de 55 años, ha renunciado a percibir cantidad alguna en beneficio de las dos descendientes directas.

Castro, que bajó esposado desde el centro penitenciario de Valladolid, donde lleva interno desde el 23 de junio de 2021 , pasó tan solo media hora en la sala de vistas de la sección cuarta de la Audiencia de Valladolid para escuchar los términos de la sentencia pactada y ratificarse en la misma, lo mismo que las partes. No fue necesario ni convocar a los jurados, como estaba previsto, y por supuesto, la reserva de sala de vistas para 20 días se queda ahora sin efecto.

Para indemnizar a sus dos hijas el acuerdo establece que los bienes de la sociedad de gananciales sean traspasados a las hijas : un chalet y su parcela en el número 37 de la calle Montreal de la urbanización Santa Ana; participación indivisa de un anejo inseparable de la finca anterior «que sobre esta finca está construido un club social, tres locales, vestuarios e instalaciones deportivas», y un Renault Mégane Scenic.

con  dos cuchillos 

Como víctimas de delito violento, las dos hijas recibirán 33.184 (la menor) y 27.115 euros con saldo obtenido por la venta del inmueble, y así se restituye lo adelantado por el Ministerio Inclusión, Seguridad Social y Migración.

Antes de que el presidente del tribunal del jurado, el magistrado José Luis Ruiz Romero, diese por finiquitado el juicio, la letrada de la Administrtación de Justicia, leyó, entre otros apartados de la sentencia, los hechos probados de aquella agresión mortal, un ataque brutal con dos cuchillos, a la falta de uno. Y no eran abrecartas precisamente o pequeñas navajas: un cuchillo tenía 21,5 centímetros de hoja y el otro 28,5 centímetros . Casi con toda seguridad empuñó los más letales. 

Tras salir de la cocina se dirigió al  salón donde de forma «sorpresiva» e «inesperada» tiró a su mujer África al suelo y empezó a acuchillarla  cuando ella no tenía ya ninguna posibilidad de defensa.  José Javier Castro técnico de la Agencia Tributaria, se empleó con una  «violencia desmedida» , según recoge expresamente el apartado de hechos probados. 

Los últimos tiempos del matrimonio estuvieron marcados por discusiones habituales . Desde octubre de 2020 no comían juntos. Solo dormían bajo el mismo techo y, si hablaban en alguna ocasión era directamente para discutir.  Broncas que siempre acaban en reproches de José Javier a África porque no ella trabajaba y, por tanto, se quejaba no aportaba ingresos a la economía familiar. 

El día del crimen, la tensión se desbordó. En la sobremesa, el técnico de Hacienda decidió matar a África y no le importó que las dos hijas estuvieran en casa, en la planta superior del chalet.  El auto de apertura de juicio oral recoge que sobre las 16.30  horas del día 21 de junio de 2021, el  acusado y su esposa se enzarzaron en  una de estas discusiones en el salón.  En el curso de la misma, De Castro se dirigió a la cocina de donde cogió dos cuchillos y regresó al salón donde «le  asestó numerosas  puñaladas por todo el cuerpo con ánimo de acabar con su vida, sin que la  mujer tuviera oportunidad alguna de  defenderse», relata el auto. 

«El acusado, con el elevado número de cuchilladas asestadas a su  esposa por diversas zonas de su  anatomía, pretendía incrementar el  dolor de la víctima. Las hijas del  matrimonio, que se encontraban  en la planta superior de la vivienda, al oír los gritos de su madre pidiendo ayuda, bajaron al salón,  viendo al acusado con los cuchillos  en las manos, sobre su madre, que  estaba tendida en el suelo», agrega el relato.

«se ha acabado todo».  

En ese momento, el pánico se apoderó de las hijas. La pequeña, conmocionada por la escena, salió corriendo de la casa. La mayor, más decidida y dispuesta a parar la lluvia de puñaladas, comenzó a golpear a  su padre en la espalda, para tratar de quitarle de encima de su madre,  sin conseguirlo. En ese momento, la  víctima le pidió a su hija que llamara a la policía, por lo que ña joven  subió a la segunda planta de la casa,  para coger el teléfono móvil. 

El terror no había acabado aún  en el chalet unifamiliar. Cuando la hija  mayor bajaba por la escalera con el teléfono, se cruzó con el acusado, que subía con los cuchillos en la  mano. El padre, aún tuvo el cuajo de decirle a su hija: «Se ha acabado todo», antes de encerrarse en el  baño de la habitación de matrimonio. En el aseo se introdujo en la  bañera, que previamente había llenado de agua y se autoinfligió heridas superficiales en ambas muñecas. Poco después, llegaron al lugar lo servicios de emergencia por la hija mayor. África llegó con vida al Clínico, pero murió esa tarde, a las ocho y media. 

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