Schrader teje un thriller de venganza y redención en ‘El contador de cartas’
El cineasta norteamericano narra con pulso maestro el descenso a los infiernos de un exmilitar reconvertido en jugador que vive asfixiado por su pasado
Ocho años después de recibir la Espiga de Honor en Valladolid, el cine del norteamericano Paul Schrader regresó hoy al festival con ‘El contador de cartas’, una muesca más en su inagotable galería de personajes torturados por un pasado ennegrecido por los pecados, que buscan desesperadamente el camino a la redención aunque para alcanzarlo deban dejarse la sangre y la vida en la travesía.
Como ‘Mishima’, como Travis Bickle en ‘Taxi Driver’, como Wade Whitehouse en ‘Aflicción’, como Jake LaMotta en ‘Toro salvaje’ o como Ernst Toller en ‘El reverendo’, William Tillich es en ‘El contador de cartas’ un hombre que huye de sí mismo sin rumbo ni destino. Acaba de salir de la cárcel tras ocho años y medio encerrado, acusado y condenado por utilizar métodos poco ortodoxos en sus interrogatorios para el ejército.
Un sobresaliente Oscar Isaac da su cuerpo y alma para encarnar al protagonista de este thriller de venganza y redención, un personaje que conforme avanza la trama se desvela que trabajó en la prisión de Abu Ghraib en Irak, donde en 2003 salieron a la luz pública fotografías que probaban numerosos casos de abuso y tortura de prisioneros encarcelados, tras lo cual el Gobierno estadounidense emprendió una purga contra quienes aparecieron en aquellas imágenes.
Isaac interpreta a uno de aquellos cabezas de turco, que aprovechó su estancia en prisión para leer las meditaciones del emperador romano Marco Aurelio y para aprender a contar cartas, un complicado arte que a su salida de prisión le sirve para intentar ganarse la vida discretamente, en la más estricta soledad y sin dejar rastro.
El pasado saldrá a su encuentro en una charla del Mayor John Gordo (interpretado por Willem Dafoe), el hombre que le instruyó durante su estancia en Irak, ahora reconvertido en asesor de seguridad de una multinacional, que nunca compareció ante la justicia. Aunque William intenta pasar página, le resultará imposible cuando allí le reconozca el joven Cirk (Tye Sheridan, el protagonista de ‘Ready Player One’), cuyo padre sirvió en el mismo comando que Wiliam antes de descerrajarse un tiro incapaz de convivir con sus recuerdos de Irak, informa Ical.
Schader construye la película desde el inconsciente de su protagonista, un hombre cargado de pesados silencios, que encuentra en el solitario mundo del juego en los casinos el lugar ideal para sobrevivir a los inescrutables pensamientos que le atenazan. La voz en off, un recurso muy habitual en su cine, es una vez más protagonista y permite al espectador introducirse en su torturada cabeza, que como le sucedía a Robert De Niro con el personaje de Jodie Foster en ‘Taxi Driver’, encuentra una tenue luz al final del túnel cuando decide que su misión vital más importante es devolver al camino correcto al personaje que interpreta el joven Tye Sheridan.
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