Diario de Valladolid

«Comprar unas zapatillas por internet no está prohibido, pero es irresponsable»

Los repartidores instan a la población a pedir sólo productos indispensables para no «exponerles a un riesgo» / La plantilla de Correos reclama mascarillas y geles individuales

.- D. V.

.- D. V.

Publicado por
Esther Neila
Valladolid

Creado:

Actualizado:

El llamamiento colectivo a quedarse en casa incluye también contribuir a que los demás puedan hacerlo . Es el mensaje que lanzan los representantes de los carteros y repartidores de mensajería, que apelan a la responsabilidad de los ciudadanos para hacer uso de estos servicios sólo si es imprescindible. «No tiene sentido comprar una camiseta o unas zapatillas estos días por internet» , ilustra Pedro Aller, secretario del sector del transporte de UGT.

Cada entrega supone «exponer a un riesgo» a los trabajadores, que salen a la calle, tocan los pomos del portal, el botón del ascensor, el timbre del domicilio, se sitúan frente a los clientes… La compra online «no es ilegal» porque no se ha prohibido durante el estado de alarma pero cada persona «tiene que ser coherente para pedir sólo lo imprescindible» . «Utilicemos la lógica y hagamos un uso responsable», apostilla. 

Por descontado , el sector asume el carácter esencial de los servicios de reparto en esta coyuntura para atender las necesidades de aquellas personas «sin movilidad», alejadas en algunos municipios, personas mayores o todas aquellas que no pueden acudir al supermercado o a la farmacia para obtener sus productos de primera necesidad. Y precisamente también por eso consider a importante «no saturar» con pedidos innecesarios esa capacidad de reparto «tan esencial» para algunas personas. 

Como representante del sector logístico y del transporte, Aller cuenta que es difícil cuantificar el número de repartidores de mensajería en Castilla y León, porque el 70% son autónomos que prestan servicio a otras empresas. A ellos hay que sumar el personal de administración y los operarios de embalaje que también acuden estos días a sus puestos de trabajo para sacar adelante la actividad. Al sindicalista no se le escapan las repercusiones que tiene para la economía la ralentización de la actividad en cualquier sector, pero la emergencia por el coronavirus ha demostrado que hay que pone por delante «todo lo que tiene que ver con la salud»

Mismo mensaje trasladan desde Correos , que cuenta con 2.200 trabajadores en el conjunto de Castilla y León. «Somos un servicio esencial y no nos negamos a trabajar» , sostiene Obdulio Sánchez Cárdenas, representante de UGT de los trabajadores de esta empresa pública. «Al contrario, estamos dispuestos a llevar todo aquello que sea estrictamente necesario allí donde sea», añade. Lo que rechaza es «primar el negocio» sobre la seguridad de los trabajadores y cuestiona la conveniencia de seguir prestando estos días algunos servicios que no son imprescindibles. Pedidos de compras realizadas por internet (la empresa reparte buena parte de los pedidos de Aliexpress, por ejemplo) o la distribución de publicidad han dejado de ser trabajos urgentes. Como tampoco lo son algunos trámites que se siguen atendiendo en las oficinas.

«Vienen muchas personas a pagar recibos, cuando se podría venir más adelante porque los plazos para hacerlo han sido aplazados», explica al indicar que a la ciudadanía le «falta información».

«Ahora estamos un poquito mejor», apuntaba esta semana el representante de Correos al denunciar la desorganización en el seno de la empresa  durante los primeros días del estado de alarma y el desabastecimiento de material de protección para los empleados, que no disponían de guantes, geles ni mascarillas . Esto último sigue sin llegar, apunta Obdulio Sánchez; sí cuentan ya con guantes y geles de uso compartido en los centros de trabajo, no así desinfectantes individuales para los repartidores que hacen las rutas de reparto. Una de las medidas adoptadas fue suprimir la firma que los clientes hacían en un dispositivo electrónico al recibir su pedido. La instrucción ahora es «anotar la identidad del destinatario y dar de paso la entrega», indica. Y eso, a dos metros de la persona que recibe la carta o paquete, que dejan en el suelo ante la puerta de su casa.

Correos también optó por reducir el horario de apertura de las oficinas: de 9,30 a 12,30 horas . Esa medida ha permitido también repartir al personal en turnos, de modo que la mitad del personal trabaja en días alternos, lo que al mismo tiempo evita el contacto con otros compañeros, ya que, según informó la empresa a los sindicatos la semana pasada había 43 trabajadores contagiados y 400 en cuarentena en España. Sánchez lamenta también la falta de información por parte de la empresa al respecto: por ejemplo, cuenta, «el jueves pasado se cerró la oficina de La Bañeza y ha sido desinfectada pero nadie explicó por qué».  

tracking