Un 25% de los beneficiarios de Cáritas tiene un empleo que le impide llegar a fin de mes
La entidad benéfica atiende a 59.910 personas en el ejercicio anterior, 4.602 más que en 2017 / Lamenta la «apatía» de la solidaridad
Antonio Jesús Martín y Luis Argüello durante la presentación de la Memoria Regional 2018 de Cáritas.-ICAL
Un 25% de los beneficiarios de Cáritas Castilla y León son personas con un empleo «precario» que no les permite llegar a fin de mes ni afrontar los gastos «normales» de una familia, por lo que tienen que solicitar ayuda a la entidad benéfica.
Así lo destacó el obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, y el presidente de Cáritas Autonómica de Castilla y León, Antonio Jesús Martín, durante la presentación de la Memoria Regional 2018 de la entidad benéfica con los recursos invertidos y generados, un documento que «constata que la exclusión y la pobreza se enquistan en la sociedad».
El organismo atendió a 59.910 personas a lo largo del ejercicio anterior, cifra que aumentó respecto a 2017, año en el que prestó ayuda a 55.308 personas. Además, también se incrementó el número de beneficiarios, situándose en 120.006.
En este sentido, Martín aseguró que «siguen existiendo personas excluidas, que quedan fuera de las políticas sociales, tienen menos recursos y necesitan acudir en busca de ayuda; hecho por el que se incrementa el número de personas atendidas».
Así, el presidente autonómico de Cáritas destacó la labor realizada en materia de atención primaria, ya que muchas de las personas atendidas «se enfrentan a dificultades a la hora de pagar el alquiler, la hipoteca o sufren pobreza eléctrica».
En relación con el origen de los recursos, cifrados en 36 millones de euros, un 28,70% provinieron del ámbito público –Comunidad Autónoma, Estado, entidades locales, provinciales y fondos europeos– y un 71,30% de ingresos privados –suscriptores, socios, donantes, colectas–.
En esta misma línea, respecto a la evolución económica de las familias, el presidente autonómico confirmó que un 48% de la población «vive bien y no tiene pobreza», mientras que el resto «está en exclusión severa, vive en riesgo de exclusión o está en el límite».
INDIFERENCIA
Por último, lamentó la «apatía» de la solidaridad y la «indiferencia» ante la pobreza, ya que «muchas veces nos han hecho creer que la crisis se acabó y que los pobres no existen, pero no hay nada peor que la indiferencia e invisibilidad de la exclusión; lo que no se ve parece que no existe, pero no es así».