Diario de Valladolid

El militar de Aldeamayor admite que mató a Lorena «por accidente» en un juego sexual

El acusado sostiene que la víctima le «insistió» en que la apretara el cuello con la manguera de la ducha / Ayer comenzó el juicio contra el vallisoletano de 30 años y hoy comparecen testigos del caso

Imagen del acusado en el juicio contando su versión de los hechos ante la mirada del fiscal.-E. M.

Imagen del acusado en el juicio contando su versión de los hechos ante la mirada del fiscal.-E. M.

Publicado por
Juan González

Creado:

Actualizado:

El militar natural de Aldeamayor de San Martín, Félix D.C. acusado de estrangular a la joven periodista argentina Lorena Mazzeo, admitió que la mató «por accidente», mientras practicaban «juegos sexuales en la ducha».

El juicio con jurado contra el vallisoletano de 30 años comenzó ayer ante la Audiencia de Las Palmas. El joven militar se enfrenta a una pena de 21 años de cárcel.

Durante la primera sesión del juicio, Félix reconoció que el pasado 23 de octubre de 2016 mató «por accidente» a Lorena en el domicilio de ella en Puerto del Rosario (Fuerteventura). Según el acusado, la víctima entró en la bañera cuando él se disponía a ducharse para irse y le invitó a practicar juegos sexuales que provocaron la muerte de la periodista.

Según la versión de Félix, la chica le «insistió» en que la apretara el cuello con la manguera de la ducha, a lo que él continuó la presión sobre el cuello de la víctima «sin darse cuenta del daño» que la estaba provocando hasta el momento en que Lorena «se desplomó al suelo», confirmándose posteriormente su fallecimiento por asfixia según la causa oficial de la muerte.

Ante estos hechos, el fiscal cuestionó su versión al considerar que teniendo una preparación como la de militar, trabajo en el que Félix llegó a estar destinado en Afganistán, debería ser consciente de los riesgos que conllevan esas prácticas y del daño que pueden ocasionar.

En cuanto a las contradiciones del acusado con anteriores relatos de los hechos, el fiscal señaló durante el juicio que Félix llamó en varias ocasiones a la joven argentina, según los registros realizados en su teléfono móvil.

No obstante, Félix indicó en su declaración que hasta el mismo día de los hechos, no llegó a verla en persona nunca, siendo el día de los hechos «la primera y única vez» en verla, relato que contradice su declaración inicial y el de un testigo.

El fiscal recordó al tribunal que el procesado dijo a dicho testigo la siguiente declaración: «La maté porque quise. Era una puta y no se va a reír más de mí». Palabras que para la acusación pública revelan alevosía y premeditación y que convierten el crimen en un asesinato, por el que se solicita una condena de 21 años de cárcel.

El abogado del acusado declaró hace unos días que Félix «no conocía de nada» a la víctima y que «nunca se habían visto» anteriormente al día de lo ocurrido.

«Ese día fue la primera vez que se encontraban para tener sexo. ¿Qué razones podía tener para matarla?», se cuestionó el abogado de Félix.

CONSUMÍA COCAÍNA

Mientras que la defensa de Félix solicita su absolución, tanto la Fiscalía como las dos acusaciones particulares, una por el padre y otra por la madre, interesan condenas por los delitos de asesinato y hurto, ya que el acusado se incautó los móviles y otros efectos de la casa de Lorena y cortó los cables de las líneas telefónicas.

El acusado declaró ayer que se incautó de los teléfonos porque entonces era consumidor de cocaína y se los llevó para su posterior venta para adquirir más droga.

Sobre el hurto, su abogado consideró que es una cuestión menor comparado con la acusación de asesinato, pero sí reconoció que esta «tontería» le puede dar «algún quebradero de cabeza».

Según el escrito de la Fiscalía, al que tuvo acceso este diario, Félix mantenía una relación de cliente entre el verano y el mes de octubre de 2016 aproximadamente con Lorena Mazzeo, quien prestaba servicios de prostitución además de ejercer su profesión de periodismo.

La Fiscalía señaló que el acusado acudió al domicilio de Lorena, en Puerto del Rosario, en torno a las 15:15 horas. Antes, ella le detalló que se encontraba sola. Para la Fiscalía, la intención de Félix aquel 23 de octubre fue la de «acabar con su vida y, en todo caso, aceptando que podía ocasionarle la muerte, la asfixió por estrangulación con mecanismo no definitivamente concretado provocándole su fallecimiento a los pocos segundos».

Para garantizar dicho resultado, «el acusado deliberadamente la estranguló desde atrás, por la espalda, anulando cualquier previsible defensa que la víctima de otro modo, al menos instintivamente, hubiera empleado, dejando su cadáver en el interior de la tina del baño del inmueble», hechos por los que la acusación pública estima que son constitutivos de un delito de asesinato y no de homicidio.

Tras culminar dicha acción y «con la finalidad de evitar ser descubierto», el acusado «se llevó las sábanas de las camas de la vivienda y los preservativos usados, cortó los cables del router y del teléfono y, finalmente, cerró con llave la puerta del domicilio de Lorena Mazzeo llevándose igualmente la misma», afirma la Fiscalía.

Según el escrito de la acusación pública, el soldado aldeamayorense volvió a la casa a eliminar cualquier rastro de su estancia en la vivienda y también para apropiarse de bienes de la fallecida.

Así, con la «finalidad de enriquecerse ilícitamente», el militar de tropa se apropió de «50 euros, de dos terminales telefónicos marcas Samsung y Alcatel, de un Ipad mini marca Apple con su funda marca Targus», todo propiedad de la víctima y valorado en un importe superior a 400 euros.

Según informó el diario La Provincia, la vivienda de Lorena era frecuentada por muchas personas. Así lo declararon los testigos a los investigadores.

Tras solicitar autorización a la juez para pedir a las compañías telefónicas la relación de llamadas, whastapp y mensajes comenzaron los agentes a descartar ciertos nombres y se centraron en el ahora acusado. «Fue la última persona que tuvo contacto con Lorena.

Además, los mensajes son elocuentes de que se conocían y existía entre ellos una relación cordial», señalaron al citado periódico fuentes oficiales.

La detención de Félix no fue inmediata, hubo que esperar 79 días, pero la desaparición de los móviles de la víctima puso en la pista a la Policía sobre sus últimas llamadas y mensajes, y todo el círculo se centraba en el soldado.

Félix fue detenido el 10 de enero de 2017. Por aquellas fechas realizaba su trabajo sin levantar sospechas en el Regimiento de Infantería Ligera Soria 9, con guarnición en Puerto Rosario.

Tras el arresto, el abogado explicó en su escrito de defensa que ambos jóvenes mantenían relaciones sexuales en el domicilio de ella y practicaron un juego sexual que «consistía en que ella se enrollaba la manguera de la alcachofa de la ducha en el cuello y tener sexo así, mientras corría el agua», al tiempo que le pedía al acusado «que apretara».

El juicio contra el militar vallisoletano continua hoy, para el que está programado que comparezcan distintos testigos del caso.

tracking