«Mi candidatura está impulsada por la situación de inmovilismo de la UVA»

La vinculación de Antonio Largo Cabrerizo con la Universidad de Valladolid (UVA) se remonta al estudio de la carrera de Ciencias Químicas en esta institución, donde también realizó la tesis doctoral. Tras estancias en Nueva York e Inglaterra, obtuvo una plaza de profesor titular en Oviedo, donde estuvo 16 años. En 1995 regresó a la ciudad del Pisuerga y desde 2007 es catedrático de Química Física. Once años después está en una «situación diferente» al presentarse como candidato a rector.

Pregunta.- ¿Qué justifica este último paso en su trayectoria académica?

Respuesta.- Esta última faceta está impulsada por el análisis que he hecho, compartido por más gente, sobre la situación de inmovilismo y de bastante parálisis en la que nos encontramos en la UVA. La mayoría de las dimensiones de la actividad universitaria, salvo algunas excepciones concretas, están paralizadas y cuando permaneces estático, retrocedes. Pretendemos presentar un proyecto de futuro partiendo de la necesidad de remontar esta situación y entrar en una dinámica positiva para posicionar a nuestra institución y que no se quede descolgada. Hemos articulado una candidatura estrictamente académica, de gente comprometida con la universidad; sin ningún cariz más que ese carácter académico y el compromiso. Eso es lo que me motiva para presentarme.

P.- Habla en plural, ¿ya tiene decidido quién le acompañaría en esta carrera de fondo?

R.- El equipo entero no lo tenemos, sino un núcleo de personas que hemos trabajado en un proyecto. Posteriormente se incorporarán otras, pero del mismo perfil y sin ningún tipo de vinculación con equipos de gobierno anteriores. Como el sistema electoral es complejo y normalmente se va a una segunda vuelta, no me parecía decisivo el cerrar un equipo por completo. El resto de adhesiones serán parecidas a quienes ya están ahora colaborando en la articulación del plan: Javier de Frutos, de Matemáticas; Helena Castán, de la Escuela de Ingeniería Informática; y Paloma Castro, de Educación y Trabajo Social.

P.- ¿Cuáles son las medidas que urge adoptar en la UVA frente a ese inmovilismo al que hace referencia?

R.- Hay una serie de ejes de actuación que son importantes. En primer lugar, las plantillas de profesorado y de personal de administración requieren un análisis detallado de cuál es la situación real para anticiparse a problemas estructurales de futuro. Por otro lado, descansamos mucho en los profesores asociados, una figura precarizada con un sueldo bajo y sin una estabilidad profesional. Las titulaciones son otro eje importante para cumplir con el objetivo de dar una buena oferta a nuestros estudiantes. El problema no se focaliza tanto en los grados como en los másteres, que están también en una situación precaria, reposando mucho en el voluntarismo y sin un apoyo institucional adecuado. Ahora mismo estamos reteniendo menos de la tercera parte de los alumnos egresados para cursar un posgrado. En investigación contamos con grupos excelentes, pero tenemos que potenciarla y extenderla hacia otros que pueden ser emergentes. Una faceta que yo considero importante es la coordinación entre el servicio general de investigación de la universidad, el Parque Científico y la Fundación General.

P.- ¿Qué otros puntos configuran las líneas generales de su programa?

R.- Tenemos que abrir la UVA al mundo real, no solamente de palabra sino con acciones concretas y reales que tengan efectos en nuestros estudiantes y los que podamos atraer de otros países. Así, habrá una serie de actuaciones encaminadas a potenciar la docencia en otros idiomas, especialmente en algunas titulaciones piloto y esencialmente en máster. Hay otras facetas de la internacionalización que hay que trabajar, como la página web. Actualmente solo la tenemos en español y deberíamos potenciar que nuestra ventana al mundo global fuera un poco más atractiva y fácil de entender por nuestros usuarios. Contamos con la estructura básica para competir y ser atractivos al mundo iberoamericano, pero la tenemos descuidada. También es necesaria una proyección a la sociedad en una doble vertiente: por un lado, generar opinión sobre temas de política universitaria que tenga un peso específico; y, por el otro, la mera comunicación de nuestros logros. Muchas veces la sociedad no valora adecuadamente a la UVA porque desconoce lo que está haciendo. Nosotros pretendemos, a través de un vicerrectorado de comunicación, potenciar esta área para fortalecerla.

P.- ¿Cómo cree que puede influir en las elecciones que pertenezca al mismo departamento que el actual rector?

R.- Creo que es una circunstancia sin relevancia. Lo más importante no es el área de conocimiento al que estás adscrito, sino cuál es tu visión de la institución y tu programa. Lo relevante es qué pienso yo sobre la universidad, el estado en el que se encuentra, hacia dónde tiene que reconducirse y cómo pretendo que lo haga. Mi proyecto está bastante diferenciado del actual. Son circunstancias y lo que tiene importancia es si el planteamiento es válido y si quien va a gestionarlo tiene capacidad, entusiasmo y compromiso.

P.- ¿Qué convierte a Antonio Largo Cabrerizo en la mejor apuesta para el Rectorado de la UVA?

R.- Pienso que tengo una trayectoria académica consolidada en distintas facetas como la docencia, innovación, investigación o internacionalización. Creo que cuento con una visión general de la universidad y de sus problemas. Asimismo, tengo un talante dialogante y huyo de las imposiciones. Ese conjunto de circunstancias y cualidades son positivas para liderar un equipo de gobierno que pueda llevar a buen puerto nuestra universidad. Por eso, pensando que mi experiencia pudiera ser positiva, he dado el paso. Si considerarse que no estoy capacitado para ello, lógicamente ni me lo hubiera planteado.