Diario de Valladolid

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España es un país singular y los políticos españoles cuando llegan a ser presidentes del gobierno, presidentes de las comunidades autónomas, presidentes de las diputaciones y alcaldes son los que se encargan de elegir a otros políticos que van a ser responsables de gestionar determinadas áreas tan importantes como los ministerios, direcciones generales, presidencias de empresas públicas, consejerías, concejalías y cualquier otro tipo de delegación. Y los que eligen a estos subordinados deben ser los primeros en dar la cara ante cualquier imprevisto. Ya que se nombran para que desempeñen bien sus funciones. Por eso y para eso son nombrados después de aceptar el cargo con las responsabilidades que conlleva y con sueldos sustanciosos… si una vez nombrados no cumplen con sus funciones deberían ser destituidos y sometidos a las mismas leyes a las que también nos sometemos el resto de los españoles. Porque ha de aplicarse ese viejo refrán que es principio fundamental de equidad, de equilibrio y, especialmente, de legalidad y de ética: “quien la hace la paga”; puesto que cualquier acción humana va a tener repercusiones, y abundando en lo que la moraleja encierra “no habrán de pagar justos por pecadores”. Porque las acciones negativas y, sobre todo, las que condicionan y perjudican a los demás han de tener castigo inminente y nunca ha de haber justificaciones hipócritas, o tendentes a quitar hierro a los asuntos con gran impacto en la sociedad. Porque el político que nombró a esos individuos es responsable de esos nombramientos y de sus capacidades. Ya que quienes nombran a sus subordinados han de constatar lo que son capaces de hacer, ya que la responsabilidad ha de anteponerse a cualquier tipo de “mea culpa” sin consecuencias añadidas, de disculpas vacías o de unas lágrimas de cocodrilo que no sirven para nada. El Presidente del Gobierno de España es, por lo tanto, responsable de lo que hacen sus personas de confianza y estos no se han querido responsabilizar del daño que sus subordinados están haciendo al Estado Español.

Y es que España se corrompe y ahora está mucho más corrompida, porque afecta a un entorno muy cercano al presidente del gobierno. Pero el presidente echa balones fuera, como si todo el alboroto y toda la preocupación de los españoles nada tuviera que ver con él. Como si fuéramos responsables de lo que sucede quienes no hemos tenido ningún tipo de responsabilidad o quienes somos sensibles con nuestra democracia. El mundo encierra individuos sin escrúpulos que se adueñan de las situaciones que conlleva la democracia y los políticos aprovechados y vergonzantes utilizan estos principios para colmar sus intereses. En este caso concreto para seguir gobernando.

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