Pertur sigue perturbado
La decadencia es lo que tiene, que a algunos les dé por escribir sus Confesiones de un fascista atormentado por capítulos al mejor postor. Las últimas de Pertur, un obsesivo compulsivo con este periódico, las ha rubricado en La Cuneta de Castilla, así conocido porque a cada uno que apoya, elogia y respalda acaba en el foso. El último brote de Pertur, también conocido por ‘Rey de los bulos’, fue para echar dos paladas sobre el cadáver político del que ha sido su muñeco desde que en los albores del verano de 2019, autonómicas mediante, le endosara un timo del tocomocho del tal envergadura que ríete tú de lo de los tejemanejes de Laporta. Pertur vive enredado en un desfase psicópata desde que un tal Mañueco lo desalojara de la política y lo mandara al gallinero del hemiciclo nacarado. Que no cese en su obsesión contra nosotros. Sólo nos perturbaría su elogio. Primero lo embaucó, al muñeco, con el timo del gobierno, luego lo confundió con excusas de cuatrero, para, finalmente, meterle 147 puñaladas y dejarlo a la intemperie de una Moncloa atónita. Pero es lo que tiene el karma, que Dios castiga sin palo. Y ahora anda por ahí pidiendo un cacho de papel prensa de 48 gramos donde seguir destilando su rencor y sus complejos. Pobre desgraciado. Él de lo que sabe es del arte del acoso. Y mucho. No hay más que preguntarle a un ex consejero de Industria y Empleo al que le colocó a un camarlengo encomendado al bullying. Hasta que el consejero, todo un caballero honesto, se hartó y lo mandó a tomar por donde amargan los pepinos. Hasta tal extremo llegó en sus artes Pertur que su inflagaitas de cabecera fabricó un comunicado, que nunca vio la luz, en el que excusaba la marcha del consejero por motivos de salud. Hay que ser ruin y mísero. Sobre el acoso también podrían pronunciarse mujeres de la bancada naranja. Pertur sigue perturbado. Pertur, por nuestro bien, no por el tuyo, no cambies. Pero trátatelo, campeón. Que de eso también se sale.