DISTRACCIÓN DE LA MENTE
¿El Estado somos todos?
Se atribuye a Luis XIV, el Rey sol, monarca plenipotenciario de la Francia absolutista, aquellas palabras que simbolizan lo que fue toda una época: “L'État, c'est moi”. El Estado soy yo, es decir, aquí estoy yo, representante de Dios en la tierra. Si os gusta, bien, y si no, me tendréis que soportar. Esta concepción del poder es distinta a la que tuvieron las monarquías hispánicas de los Austrias, según la cual el poder procede de Dios y reside en el pueblo. El rey o reina representa y sirve al pueblo y si no le sirve, el pueblo tiene derecho a la resistencia e incluso al tiranicidio. Mucho más cercano en el tiempo, un político español, Ministro del Interior y de Turismo durante la etapa franquista, fundador de Alianza Popular y Presidente de la Comunidad Autónoma de Galicia en varios mandatos ya en periodo constitucional, llamado Manuel Fraga Iribarne, fue una persona inmersa siempre en las estructuras de poder. El expresidente Felipe González llegó a decir de él que: “le cabía el Estado en la cabeza”. La editorial Almuzara acaba de publicar un libro sobre su biografía intelectual un tanto hagiográfica, que profundiza en su figura y pensamiento.
El jefe de gobierno del Estado español en una reciente comparecencia sobre la DANA ha dicho que: “El Estado somos todos”. ¿De qué Estado habla? ¿Del Estado concebido por Maquiavelo en el Príncipe? ¿Del Estado preconizado por Hobbes en el Leviatán? ¿Del Estado liberal de Locke? ¿Del Estado Social de Bismarck? ¿Del Estado Social y Democrático de Derecho que consagra nuestra Constitución? ¿Del Estado burocrático en el que vivimos? En algunas entrevistas que los medios de comunicación han hecho a los afectados por las inundaciones devastadoras que han asolado Valencia, varios damnificados se han quejado de que para recibir las ayudas (estatales o autonómicas) que permitan una incipiente reconstrucción de su vida, tienen que justificar con documentos los destrozos materiales que han sufrido. ¿Cómo van a acreditar los daños si no tienen nada? ¿Cómo van a presentar los títulos de sus casas, de sus coches o de sus enseres, si los han perdido? Un despropósito propio de un Estado inoperante y débil. El Estado en todas sus formas territoriales, no ha utilizado los instrumentos jurídicos, técnicos y económicos de los que dispone para hacer frente a lo que ha sucedido. Un texto, sin contexto, es un simple pretexto.