El peso de Tudanca en Ferraz
El secretario general del PSOE, Luis Tudanca, en una imagen de archivo.-ICAL.
EL PESO DEL PSOE de Tudanca y los suyos, cada vez más menguados, en número y género, cada día es más mayor en Ferraz y Moncloas. Ya es peso mosca. Es posible que haya que crear otra categoría pugilística a la vista de cómo se las gasta Santos Cerdán con la cartera de Sánchez. Lo siguiente es peso piojo. No es una guadaña lo que blande Ferraz. Es una desbrozadora de cunetas y medianas. La última víctima de la purga, la diputada leonesa y número cuatro de la ejecutiva federal, la joven y, en tiempos, prometedora Andrea Fernández, aupada a la Secretaría de Igualdad por la políticamente difunta Adriana Lastra, que lastraba demasiado y acabaron soltándola. Menudo tiberio que se montó en Valencia para poner a Andrea en Igualdad, en contra del PSOE de Castilla y León que amenazó con levantarse en armas, hasta que la asturiana, por entonces todopoderosa jefa orgánica, los mandó a todos a freir puñetas y puso a Andrea por decisión propia. Luego la vida da muchas vueltas, y en la política son tirabuzones. Andrea acabó, erráticamente en los brazos de los de Tudanca con el único y sano ánimo de fumigarse a quien la había apadrinado, el timorato secretario provincial de León, el siempre discreto Cendón. Tantas vueltas da la vida que hoy el timorato está en la dirección del grupo parlamentario por deseo expreso de Sánchez y la aguerrida Fernández lloraba ayer desconsolada al conocer que iba a ser suplida por la vallisoletana Ana Redondo en el corazón del poder de Ferraz. Sánchez no hace prisioneros ni paga traidores. Debió de ser la última en enterarse, la Andrea, porque Redondo olía a Secretaria de Igualdad un minuto después de que fuera nombrada ministra de Igualdad. Por la gatera federal también se ha colado Puente. Si no querías tanto Valladolid, Tudanca, dos tazas. Y ainda faltan aconteceres. Se avecina marejada de pellets y peleles frente a las costas coruñesas el fin de semana.