Diario de Valladolid

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TUDANCA lo ha confirmado. Sí. Va a seguir en el PSOE, plan parcial de Castilla y León. Como líder espiritual. Él sabrá, y los afiliados, y los del fondo izquierda. Y dice que seguirá hasta que la comunidad sea socialista. Eso ya me convence menos. No hay territorio en el que se haya gobernado desde el socialismo y la prosperidad fuera el resultado de la gestión política. Así sucedió en Andalucía, con Chaves y Griñán como ejemplos vívidos para el tozudo Tudanca. Un empobrecimiento de la sociedad para favorecer aún más el clientelismo. Ahora puede que ambos se vean forzados a hacer unas peonadas a la sombra, lejos del sol de justicia de los jornaleros abonados a los subsidios. Una sociedad con autoestima nunca acepta ser igualada en los estándares mínimos como excusa de una falaz solidaridad.

Pese a los ejemplos de la jefatura de su delegación comercial, suplicante por una foto con Biden, que se rinde ante una realidad que admite pocas bromas y busca apoyos para reforzar la presencia estadounidense en España, Tudanca sigue tirando de populismo barato. Tan barato como peligroso. Tan peligroso como transparente. El recalcitrante Tudanca califica las últimas elecciones en la Comunidad como “inoportunas”. Perdió con rotundidad el candidato socialista y, claro, quizá eso las deslegitime. Quizá la democracia debería un juego para que él gane. Al estilo de aquella República Democrática Alemana… tan socialista, y tan nada democrática.

Todo apunta a que han fallado las bisagras de la puerta giratoria prevista para Tudanca. O algo peor. Mucho peor. Para el partido en la región y para la propia sociedad de Castilla y León. Que no exista recambio con mayores capacidades (esto no es fácil de creer) o mayor sumisión a Pedro del Gran Poder (en esto sí que habrá más candidatos).

Tudanca vincula su continuidad a la colonización de la ideología socialista de Castilla y León. ¿Progreso? Que inoportuno. Y anacrónico.

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