Despoblación y envejecimiento marcan el futuro de la región
ES UNA DE las grandes preocupaciones de los castellanos y leoneses, y no es para menos. Cada vez que el Instituto Nacional de Estadística (INE) o cualquier otro organismo actualiza los datos de población, migración, saldo vegetativo (diferencia entre nacidos y fallecimientos) o cualquier otro que tiene que ver con el balance poblacional, la Comunidad sale mal parada.
Castilla y León siempre se sitúa en el furgón de cabeza como el territorio que más población pierde o con peor saldo vegetativo. Y sus provincias, sobre todo Zamora y León, lideran el ránking nacional.
El último de estos datos tiene que ver con el índice de envejecimiento. Y, de nuevo, Castilla y León se sitúa entre las primeras del país, con una de las poblaciones más envejecidas del país, con Zamora como la provincia más envejecida del conjunto del país y León, la tercera en el ránking.
El elevado índice de envejecimiento que ostenta la Comunidad la eleva hasta la tercera posición de ese ránking nacional. Es un dato porcentual que representa la relación entre los mayores de 64 años y los menores de 16 en un territorio concreto. Sólo Asturias y Galicia superan al territorio castellano y leonés, a lo que se añade que en ambos casos el incremento interanual fue mayor que el registrado en la Comunidad castellano y leonesa, según los datos recogidos por el INE.
Junto al aumento del índice de envejecimiento en Castilla y León también se puede apreciar en el último año un leve crecimiento de su edad media, situada en 2021 en 48,87 años frente a los 47,73 años del periodo anterior. En este caso, además, se coloca como la segunda de España y sólo superada por al región asturiana.
Como es evidente, que la comunidad autónoma ocupe una de las peores posiciones del conjunto nacional en lo que a índice de envejecimiento de población se refiere se traduce también en que casi todas las provincias arrojan a su vez datos especialmente elevados. De hecho, de las diez provincias más envejecidas de España seis pertenecen a Castilla y León, con Zamora a la cabeza del país. Por el contrario, Valladolid y Segovia son las más jóvenes de la región, aunque siguen datos de entre los veinte peores.
Cifras que vienen a reflejar el grave problema de la Comunidad, donde a la pérdida constante de población, que ni siquiera se mitiga con un mayor número de migrantes extranjeros y de otras comunidades autónomas, se le suma el hecho de que los castellanos y leoneses son cada vez más viejos. Tanto es así, que los mayores de 64 años, es decir las personas jubiladas, doblan ya a los menores de 16, aquellos jóvenes que en nada se convertirán en cotizantes.
Un preocupante dato que, junto al de la sangría poblacional, marcan el futuro de la Comunidad. De ahí que las políticas deban dirigirse ya en la búsqueda de soluciones. Los fondos europeos tienen que ser, sin duda, es oportunidad. Un tren, quizás el último, que Castilla y León no puede perder.