Diario de Valladolid

JOSÉ MANUEL CANTERA CUARTANGO

¿Y el anillo pa' cuándo?

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JENNIFER López ha cumplido cincuenta primaveras. Esta exuberante mujer, bailarina, cantante, actriz, coreógrafa y productora musical, de origen portorriqueño, está en la cima de su carrera profesional. Nacida en el barrio neoyorquino del Bronx, la diva de la música y de la interpretación ha roto todos los moldes habidos y por haber. Llega a nuestros cines Estafadoras de Wall Street, drama criminal en la que J.Lo se mete en la piel de una stripper que –junto con otras compañeras– seducen, drogan y roban a clientes de las altas finanzas norteamericanas. La crítica ha pronosticado su nominación al Oscar.

No obstante, de todos los trabajos que la cantante latina ha desplegado este año, me quedo con el videoclip titulado ‘El anillo’. Nada tiene que ver con la novela de J. R. R. Talking ‘El Señor de los anillos’, aunque lo emula un poco. Ha tenido millones de descargas en internet. Su calidad técnica es asombrosa. Su elaboración ha tenido influencias de muchos tipos. La música es de creación propia, con un ritmo desenfadado y sensual que quita el hipo. La coreografía es casi perfecta. La vestimenta y la simbología está tomada de ‘Los Tudor’, espléndida serie de televisión basada en el reinado de Enrique VIII de Inglaterra, con Jonathan Rhys-Meyers en el papel de actor principal. Alguna parte de la grabación rememora la conocida secuencia de la película ‘Abierto hasta el amanecer’, en la que una insinuante Salma Hayek, en posición de superioridad, hace las delicias de todos los presentes, cuando ordena beber el alcohol a uno de los protagonistas que cae fluyendo por su pierna y hasta el pie.

El videoclip cuenta la historia de una reina en un país exótico –J.Lo– que lo tiene todo –poder, salud, riqueza y belleza–, pero carece de lo más importante, el anillo, que finalmente el amante -–Miguel Ángel Silvestre– tiene a bien entregárselo en una tradicional pedida de mano, sellando su pacto amor.

Se acaban de celebrar las cuartas elecciones generales en cuatro años. Es lamentable que las fuerzas políticas no hayan conseguido llegar a un acuerdo para la gobernabilidad del país. Y quieren que los platos rotos los recojan y los recompongan los ciudadanos. La sociedad española no pide a los políticos que se quieran, que se acuesten o que tomen cañas en el bar del Congreso de los Diputados, pero sí que lleguen a un compromiso político –o al menos no lo impidan–, que genere cierta estabilidad en el país, garantía de progreso y riqueza. ¿Serán capaces de formalizar algún pacto? Veremos. Jennifer López lo consiguió.

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