‘Rusiagate’ a la naranja
LA tan cacareada regeneración de Ciudadanos y su candidato a la Junta es más ficticia, por no decir falsa, que los trucos de David Copperfield. Claro que en el caso del ilusionista su trabajo consiste en eso, en jugar con el engaño para hacer creer a la gente lo que ve y lo que no. Justo lo que está queriendo hacer el partido naranja, con su prestidigitador Francisco Igea a la cabeza: engañar a la gente hasta hacerles creer que aquello que habían visto, el pucherazo de las primarias, no fue más que un error. Además, un error tonto que lo descubrieron rápidamente y que subsanaron de inmediato. Para eso son los más limpios, los más claros y los más de lo más en regeneración.
De ser así, de ser todo tan sencillo, se entiende aún menos por qué nadie ha salido a explicar ya cómo se produjo y quién es el responsable de un error tan tonto, que sólo ha dado al traste con todo un proceso de primarias que ya no es creíble y que no lo será hasta que aclaren esos extremos. Se lo exigen los ciudadanos, los suyos, los que son afiliados naranja, y el resto de castellanos y leoneses a los que Igea y sus huestes quieren tomar por ingenuos, cuando no por tontos. ¿Cómo es posible que el honorable Igea no sólo no acuda al juzgado, sino que quiera descargar la responsabilidad en el resto? Léase comité de garantías o cualquier ciudadado, usted mismo que ahora está leyendo esta columna. ¿Puede haber mayor desfachatez?
Puede, aquella que pasa por querer hacer un borrón y cuenta, a la vez que se sigue queriendo dar lecciones al resto. Que en el PP y en el PSOE actúa el dedo divino para elegir candidatos cuando no gustan es algo sabido.Pero sus dedos no son menos divinos que el de Albert Rivera y José Manuel Villegas, quienes también eligen a su antojo quién o quiénes se incorporan a sus listas como independientes. ¿O acaso a Soraya Mayo la votaron los militantes? Claro, que vista la chapuza del intento de pucherazo de las primarias autonómicas, mejor para ella Ya está bien de tomaduras de pelo, de frases hechas y de discursos trufados de eslóganes. El pucherazo exige que se expliquen y a Igea quitarse la careta de honorable y aclar por qué no acude al juzgado.
Claro que, visto lo visto y dado que aquí no ha pasado nada, no es de extrañar que a estos de Ciudadanos se le ocurra inventarse que todo se debe a un ataque externo. Un ‘rusiagate’ a la naranja. Al tiempo.