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ANDA suelto Satanás, decía una ya vieja canción de Aute en una etapa en que parecía cierto, aunque luego el tiempo desvela que en cualquier época parece estar cerca el reinado de Lucifer. En Segovia van a erigir una escultura para recordar la leyenda que quita el mérito de la construcción del acueducto a los romanos y se lo da a un diablillo. En el popular cuento segoviano, una perezosa criada, cansada de acarrear el agua hasta la casa en que servía, ofreció su alma a a Belcebú, con la condición de que el acueducto estuviera listo antes de que saliera el primer rayo de sol. El arrepentimiento, al ver el ejército de diablillos que se puso manos a la obra, hizo a la joven rezar toda la noche a la Virgen de la Fuencisla, que intercedió y adelantó el amanecer lo suficiente para que al demonio le faltara una piedra por colocar, justo en el hueco que alberga ahora la imagen de la Virgen. Lo malo de la leyenda es que acaba triunfando la pereza, esa sobre la que Benjamin Franklin dijo que anda tan despacio que la pobreza no tarda en alcanzarla. Y lo peor de la escultura proyectada en Segovia es que ha generado una fuerte polémica, con segovianos molestos porque interpretan que es un ataque contra la sensibilidad cristiana. El objetivo es más que nada turístico, buscando crear una nueva ruta en Segovia, aunque es evidente el riesgo de que los amantes de lo esotérico lo conviertan en lugar de peregrinaje y ritos extraños. No va a ser pionera Segovia en dedicar una escultura al demonio. Cercana es la del retiro de Madrid a 666 metros sobre el nivel del mar, pero hay más ejemplos por el mundo. Lo curioso de la segoviana es que el diablo tendrá un teléfono móvil en la mano, apropiado por lo actual y por la herramienta diabólica que puede llegar a ser, como casi cualquier invento humano. No parece mucha ofensa una escultura de un ser maléfico que finalmente fue derrotado en la leyenda. Pero también es cierto que el título de la obra, Segodevs Aqveducti Artifix, es desacertado porque deifica al representado y eso sí que puede entenderse que moleste. De momento, el Ayuntamiento ha desestimado dos recursos de una asociación y el proyecto, que le sale gratis al municipio, sigue adelante. En Segovia, la polémica tiene un determinado sentido, pero vista desde lejos tal vez sirva para advertir que cada vez hay más disposición para vender el alma, por turistas o por cualquier otro recurso, tal vez por necesidad pero también puede ser por pereza. Y recuerda que también hoy anda suelto Satanás y usa teléfono móvil.

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