La ética es cosa de otros
PABLO CASADO, diputado por Ávila y nacido en Palencia, era consciente, cuando arrojó el incendiario mitin de su victoria en el Congreso Nacional del PP, que los valores de la ética van con los demás y no con él. Aquel día aseguró a los compromisarios que nadie le había regalado nada. Sin embargo, una jueza opina lo contrario. Sospecha que le regalaron un máster y apunta a que hay indicios de que cometió un delito de prevaricación administrativa -como cooperador necesario- y otro de cohecho impropio. La magistrada ve indicios de responsabilidad penal en la obtención por parte del dirigente popular del título en el Instituto de Derecho Público de la Universidad Rey Juan Carlos, donde la expresidenta Cristina Cifuentes también logró el diploma que le costó su salida del Ejecutivo madrileño. Considera que el líder nacional del PP tuvo una participación «activa» en el entramado para obtener su título, al entregar la documentación para lograr el diploma.
Hay indicios «acreditados» de que este máster se usaba «como regalo o prebenda» a alumnos «con una posición relevante en el ámbito político e institucional o que mantenían vínculos estrechos de amistad o de carácter profesional» con el catedrático Enrique Álvarez Conde, principal implicado en la trama.
La jueza no puede seguir la investigación sobre la actuación de Casado porque éste goza del privilegio de estar aforado y el líder nacional no ha renunciado, por ahora, a ese privilegio de la clase política. A tres alumnas con casos similares las ha imputado los mismos delitos que sugiere que cometió el presidente del PP nacional.
Casado reconoció al principio del caso que tuvo el privilegio de tener el máster sin ir a clase, a pesar de que era obligatorio… Prebendas para políticos VIP, a las que la ética de Casado no obligó a renunciar. Eso sí el presidente del PP no ahorra lecciones de ética para los demás. Su agenda política xenófoba con inmigrantes y mujeres asusta a mucha gente decente y sobre todo a quienes desconocemos aún su agenda social con los más vulnerables.
Creo en quienes tienen la capacidad de rectificar; de asumir autocríticas. A Casado lo han elegido compromisarios de un partido que le conoce y saben lo que hace y lo que hizo. La política tiene dos varas de medir: una para mí y otra para los otros. Y si no, miren el caso Enredadera: en León, el PSOE arremete contra el PP; en Soria, donde gobiernan los socialistas, los populares arremeten contra el PSOE. Y es que la ética en política es casi siempre cosa de otros.