Diario de Valladolid

EDITORIAL

El saldo vegetativo evidencia el grave problema poblacional

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LA DESPOBLACIÓN ES el gran problema que padece Castilla y León. No hay estadística del padrón municipal, de la previsión a futuro de población, de movimientos migratorios o de nacimientos y defunciones que no coloque a la Comunidad a la cabeza del país como el territorio que más sufre esta sangría de personas.

La última tiene que ver, precisamente, con ese saldo vegetativo que mide la diferencian entre el número de nacidos con el de fallecidos. Y el panorama que deja para la Comunidad no puede ser más desolador, con un titular claro: los últimos cuando de natalidad se habla y los primeros si son las defunciones lo que se tiene en cuenta.

Una dato estadístico que, además, se repite trimestre tras trimestre, lo que evidencia la gravedad de un problema que por habitual y casi rutinario no deja de ser noticia. Lo que vienen a mostrar las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) es una evidente merma demográfica en lo que va de año, a causa de esa brecha cada vez más grande entre las personas que nacen y las que se mueren. La proporción, cada vez más preocupante, deja una Comunidad cada vez más envejecidad. Y, para muestra, el botón de que indica que por cada bebe que nadcefallecen dos personas.

Una tónica que, además, se repite en todas y cada una de las provincias. Y la mejor demostración es que tres provincias castellanas y leonesas, Ávila, Burgos y Valladolid, tienen el dudoso privilegio de estar a la cabeza del conjunto del país como los territorios donde más descendieron los nacimnientos a lo largo de este año. A lo que se le añade que cuando se analizan los decesos, Segovia, Ávila, Salamanca y Valladolid se encuentran, también, como aquellas provincias donde más muertes se producen. Aunque, en este caso, el comportamiento es más desigual. Sin ir más lejos en Zamora y Soria, territorios con escasa densidad de población y muy envejecida, vio como se reducía el número de muertos, claro que también hacía lo propio el de nacidos, pero mucho más acuciado.

Datos, cifras, estadísticas..., que dejan bien a las claras la necesidad de una política activa y efectiva que, además de asentar población allí donde más escasea tiene que habilitar un sinfín de medidas que permitan dar una salida para que los jóvenes puedan establecer su plan de futuro. Y en esa tarea se tienen que involucrar todas las administraciones, todos los partidos y todos los estamentos de la sociedad. La lucha contra la despoblación es una tarea de Estado que involucra a todos. Porque lo que el saldo vegetativo viene a demostrar, una vez más, es el grave problema poblacional que tiene Castilla y León.

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