Convoca Tordesillas
Tordesillas es un enclave decisivo en la historia de España. Además, su nombre tiene resonancias cautivadoras para los soñadores de la historia que pudo ser y se truncó. Sobre todo, por la enigmática reclusión de la reina Juana. La villa asoma su estampa monumental sobre un Duero caudaloso y manso, que describió el poeta Luis Rosales: «Duran las cosas sencillas / su vivir triste y honrado, / dura el paso sosegado / del Duero por Tordesillas». La resonancia de los versos nos convoca estos días a la exposición abierta en el convento de clarisas para conmemorar los 500 años del encuentro entre el futuro emperador y su madre, quebrada por los duelos.
La muestra Memento regis permanecerá en Tordesillas hasta enero y supone una oportunidad magnífica, casi una invitación inapelable, para disfrutar del monumento más rico y atractivo en su mestizaje de nuestro entorno regional. Por supuesto, la exposición exhibe piezas interesantes de la biblioteca y palacio reales vinculadas con el emperador Carlos. Piezas que terminada su estancia tordesillana, viajarán previsiblemente a Yuste, para ser expuestas en el monasterio extremeño donde concluyó sus días Carlos I. Pero lo más tentador de la muestra es la oportunidad de disfrutar del recinto palaciego convertido en convento de clarisas por Pedro I, que antes de casarse convivió en su recinto con María Padilla, dando pábulo a las murmuraciones.
El palacio de Tordesillas se construyó entre 1340 y 1344 para residencia de Alfonso XI. Su adaptación como convento, veinte años más tarde, y sobre todo la construcción de la iglesia gótica alteraron la estructura primitiva del palacio, que incluía entre sus dependencias los baños árabes, actualmente aislados. Su estructura responde meticulosamente al modelo islámico: un vestíbulo, los baños templados en una sala cuadrada con cuatro columnas, y por último la sauna instalada sobre una gloria. Al fondo, el leñero para enrojar la caldera, con entrada independiente. El conjunto de los baños conserva en todas sus dependencias vestigios llamativos de pintura.