Diario de Valladolid

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EL CÚMULO de la sequía, aupado sobre el deterioro de los servicios, anticipa un otoño en el que no parece extravagante imaginar nuevas deserciones del escalón rural. Y ese tirón puede volver a alcanzar incluso a la provincia de Valladolid, a pesar de su centralidad. Porque la gota malaya de la demografía nos ilustra sobre el aguante terminal de al menos media docena de pueblos, cuyo censo no consigue superar la veintena de resistentes.

Precisamente este fin de semana celebraba hasta su abandono las fiestas el pueblo de Villacreces, de cuyo apagón se cumplen treintaiséis años. Porque Villacreces sí llegó a contar con suministro eléctrico antes de que la familia Méndez Torbado buscara acomodo en Villada. Sólo la torre mudéjar de San Cipriano sobrevive a la derrota del barro, convertido por los despojos en un paisaje de muñones melancólicos. Lo paradójico precisamente es que fuera después del abandono cuando la diputación asfaltó la entrada a Villacreces. Quizá eso explique que su enhiesto estandarte de cuatro cuerpos ya no conserve ningún bronce.

Los demás provechos del templo socorrieron el arreglo del vecino Arenillas. Algún almendro, varias higueras, brocales vacíos, aventadoras corroídas y muros vencidos dejan adivinar el trazado de las calles y el teso de las bodegas, el ensanche de la plaza y el paraje arbolado de la fuente del Molar. Villacreces se apellidó del Río y eso animaba a los vecinos del entorno a recitarles el chiste de las tres mentiras. Porque ni es villa, ni crece, ni tiene río, les decían. Hasta bautizarla como Villamenguas.

En la despedida por el sur aguanta desde los ochenta el espectro de Honquilana, de cuyo templo trajeron a la capital su retablo mayor para adornar una parroquia de Parquesol. Y cerca de Villardefrades todavía se atisba desde la autovía el templo arruinado de Almaraz de la Mota, un pueblo de la Casa de Alba y luego del marqués de Villachica que este mes hace medio siglo pasó al constructor de la Rondilla, desperdigando a sus vecinos que lo trabajaban como aparceros.

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