Esperando un arreglo
CONSUMIDO el tiempo de reírse de la desgracia ajena, que es un desahogo que alivia otras tensiones, ya va tocando reparar el daño a los estafados de Forum. Para que el malestar no se convierta en ferocidad, después de haber sido también timados en su defensa por los delincuentes de Manos limpias. De momento, la justicia sigue buscando un culpable para el desaguisado, quizá insistiendo en la tecla que aporrearon con descaro Solbes y Rato: que si ya te avisé y no te enteraste.
Lo cierto es que hasta ahora no ha habido tiempo ni ocasión para que la justicia y autoridades atendieran en serio al quebranto de las más de doscientas cincuenta mil víctimas de Forum. Y entramos en el año onceno desde su intervención por estafa, blanqueo de capitales, insolvencia punible y administración desleal. Pero el timo de los sellos fue quedando para otra vez, hasta sumar más de un década de desamparo. Quizá, porque seguían sin aparecer apellidos de postín, folclóricas o jerarquías eclesiásticas de las que dan lustre a este subgénero del timo. Forum no es Gescartera. Sus pacientes eran una muchedumbre de incautos deslumbrada por el espejismo obtener de un mayor beneficio para sus ahorros. Así que el batacazo lo tenían merecido.
No importa que el chiringuito del timo llevara funcionando un cuarto de siglo con gobiernos de todos los colores. Ni que la primera detección tributaria de la actividad delictiva cumpliera un trienio aquel 9 de mayo. Es como si en el perezoso proceso de clausurar el abuso se apreciara el sádico placer de contemplar cómo seguían cayendo en la trampa más y más incautos. Al fin y al cabo, el timo de la pirámide necesita engordar la base. Así que veinticinco mil picaron en la última campaña, con el chiringo ya bajo sospecha. Ahora nadie parece recordar que desde todos los poderes hubo tolerancia e incluso connivencia con los delincuentes. Distinciones, abrazos y homenajes contribuyeron al engaño. Que nos cuenten en Valladolid, donde la afición al baloncesto agrupó durante un cuarto de siglo su entusiasmo gritando el latinajo del timo.