Diario de Valladolid

TESTIMONIOS

Ganadería de supervivencia

Ovino / Juan M. Rodríguez, Enós Lobato y Mateo Fidalgo cuentan el día a día en su explotación en un contexto «complicado» de bajos precios

Juan Manuel Rodríguez en la  sala de ordeño de su granja. Este ganadero de Villafáfila se plantea incluso abandonar.-E.M.

Juan Manuel Rodríguez en la sala de ordeño de su granja. Este ganadero de Villafáfila se plantea incluso abandonar.-E.M.

Publicado por
Marisol Calleja

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Llevan tiempo en el sector y están acostumbrados a los vaivenes del mercado. Aún así, Juan Manuel Rodríguez, Enós Lobato y Mateo Fidalgo aseguran encontrarse ante una de las peores crisis del ovino de leche que han vivido, especialmente para todos aquellos ganaderos profesionales que no han dejado de hacer inversiones.

Juan Manuel, de 41 años, se quedó con la explotación de su padre. Gestiona una granja de ovino de leche en Villafáfila (Zamora) con 480 cabezas, y con «muchas dificultades». Este emprendedor tiene claro que el ovino de leche es «vocacional», la única forma, dice, de aguantar las tensiones del mercado y el sacrificio que supone estar pendiente de los animales «24 horas al día».

Reconoce que, a veces, «te cansas de invertir y te pasa por la cabeza abandonar». De hecho, este ganadero ya ha «movido hilos» para empezar a vender sus animales. Cuando se le pregunta ¿qué es lo que haría después?, responde rotundo: «que me lo diga la administración…».

En estos momento, los ganaderos no cubren los costes de producción. «El precio de la leche está como en los años ochenta», denuncia este ganadero zamorano que no se explica cómo su abuela crió a cuatro hijos con 180 ovejas, su padre a dos con 300 animales, y él apenas puede mantenerse.

El precio base del litro de leche está en torno a los 0,65 euros el litro, muy por debajo de los 0,90 que reivindica el sector para que la actividad sea rentable, un valor que creen se va a mantener hasta el mes de marzo. La realidad en este momento es que en Castilla y León quedan 2.086 ganaderos de ovino de leche con entregas en noviembre de 2017, de un total de 3.387 en toda España. Desde enero se han perdido en la Comunidad 205 activos. Una sangría que, según las organizaciones agrarias, puede continuar si no cambian las cosas y no se imponen contratos de larga duración que proporcionen estabilidad al sector.

Las reuniones entre industria y representantes de los ganaderos continúan mientras tanto para tratar de buscar estabilidad durante todo el año. Hoy por hoy, como explica el gerente de El Consorcio de Promoción del Ovino, José Antonio Asensio, el 65% de los contratos que se están negociando se hacen en un contexto anual, aunque, añade, «hay industrias pequeñas, medianas y no tan pequeñas que no quieren contratos más allá del mes», algo que influye «a mejorar o empeorar las negociaciones, los contratos y los acuerdos».

Enós Lobato es socio de El Consorcio. Ganadero de Barcial de la Loma (Valladolid), es la tercera generación de su familia dedicada a esta actividad. Empezó muy pronto, apenas con 19 años, y de forma «vocacional».

Este joven, de 33 años, defiende el valor del cooperativismo como algo «fundamental». «Ir por libre no es la solución», afirma convencido de que este es un sector con muchos altibajos, donde ha conocido «más años malos que buenos».

Afronta este momento como «uno de los peores» que ha pasado su explotación. Algo que justifica por los bajos precios y, también, por los efectos de la sequía, con el coste añadido de la alimentación. Si habitualmente sus tierras les permiten abastecerse unos seis o siete meses, la falta de agua en el campo y las nefastas cosechas han supuesto en 2017 una «hecatombe» y mucha escasez, que han contrarrestado con más inversión.

Enós ha mejorado su explotación en los últimos años, aún así se enorgullece de no tener préstamos. Una situación que le deja algún margen para avanzar. Y es que tiene claro que si tuviera amortizaciones pendientes «no daría para vivir dos familias».

El precio de la leche actual le supone unas pérdidas anuales en torno a los 35.000-40.000 euros, una situación complicada de remontar. En su opinión, la industria debería pagar 0,87 euros para que el ganadero pueda gestionar la explotación y que ésta sea viable. Algo que no ocurre ahora en ningún caso.

Tiene claro, que si la situación actual persiste «mucha gente se quedará en el camino», al unirse dos campañas complicados y agravarse el escenario actual, especialmente, si no llueve. En este marco, el consejo a cualquier joven que quiera incorporarse es claro: «que no lo haga, no es rentable», señala de forma tajante.

La situación de Enós es compartida por Mateo Fidalgo, ganadero de Burganes de Valverde (Zamora). Este profesional, de 51 años, habla de una situación «desesperada» para el sector.

Actualmente, gestiona su explotación de 600 animales con otro hermano y un obrero. Viendo que los precios de la leche «no merecían la pena», llevan ya varios años vendiendo ganado al extranjero. Hembras reproductoras que han exportado a países como Grecia, Italia, o Bulgaria, entre otros destinos. Una forma de diversificar.

Venden su leche a través de cooperativas en un contexto adverso, por eso, Mateo lamenta que la Junta «rescate a los bancos, y no a los ganaderos». «Los pueblos van cada día a menos, no nos favorecen en nada». A punto de ser padre, tiene claro que, tal y como está el sector, no querría que su hijo se dedicara a este negocio tan sacrificado.

La evolución en la negociación de la leche de oveja está supeditada a las negociaciones y precios previsibles de la leche de vaca y de cabra en España y Europa, según indica el gerente de El Consorcio, que se muestra «positivo». Se estima un incremento de precio anual del 1,5% respecto de 2017. Un hecho basado en el 65% de acuerdos anuales.

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