Diario de Valladolid

Un destino de altos vuelos

Este enclave situado en plena Tierra de Campos zamorana, es uno de más importantes para avistar aves que llegan de Europa

Imagen  bucólica del atardecer en la Reserva de Villafáfila que alcanza su esplendor en invierno.  -ICAL

Imagen bucólica del atardecer en la Reserva de Villafáfila que alcanza su esplendor en invierno. -ICAL

Publicado por
Henar Martín Puentes

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El avistamiento de aves o también conocido como turismo ornitológico es una de las actividades que están cogiendo impulso en los últimos años. No es para menos. El lujo de contemplar en un enclave único este milagro de la naturaleza cautiva cada año a miles de personas, en una actividad que además está destinada a público de todas las edades. Castilla y León ofrece un motivo más para estar considerado un paraíso natural. Cuenta con diversas reservas con una gran riqueza de especies de aves en distintos puntos de su geografía. Entre ellas destaca las Lagunas de Villafáfila . Situadas en plena Tierra de Campos zamorana, es uno de los lugares más importantes para la observación de aves del centro y norte de Europa. Durante los meses de enero y febrero alcanza su máximo apogeo, en plena ruta migratoria de cientos de especies que a lo largo del año se desplazan desde toda Europa hasta Doñana, Norte de África y las grandes zonas costeras de Mauritania. Este es el motivo de las grandes concentraciones de aves invernantes que se producen en estas fechas en la Reserva natural. Este año, además, disfruta de condiciones inmejorables, pues las lluvias caídas en las últimas semanas han hecho posible que el censo realizado esta semana en la Reserva se eleve a 17.445 ejemplares, lo que supone un 70% más que el año pasado . Aunque el lugar es famoso por ser uno que concentra una de las mayores poblaciones de avutardas, destaca también por ser hospedaje para chorlitos dorados europeos (Pluvialis apricaria),  avefrías (Vanellus vanellus), ), aunque las especies más llamativas por su tamaño y carácter bullangero son los ánsares comunes (Anser anser) y las grullas  (Grus grus).

También se pueden ver estos días grandes cantidades de ánade azulón, pato cuchara, cerceta común, ánade silbón y friso, focha o tarro blanco. Y en menor número gaviota reidora y sombría, avoceta, correlimos común o combatiente entre otras. Así hasta 30 especies diferentes, la mayoría de las cuales permanecerán en la Reserva durante todo el invierno. Como especies curiosas que se han localizado en la Reserva estos últimos días, merece la pena destacar la presencia de un ejemplar de Barnacla carinegra (Branta bernicla) y dos flamencos (Phoenicopterus ruber), especies que solo aparece en la Reserva de manera ocasional.

La Reserva cuenta con varios observatorios de aves situados en las principales lagunas y desde donde poder observar con facilidad esta abundancia y diversidad de fauna. En el término municipal de Revellinos, junto a la carretera de Villalpando, está el observatorio de las lagunas de la Rosa y Barillos; en Villarrín de Campos tenemos el observatorio de la laguna de San Pedro y por último el observatorio de Otero de Sariegos, situado al borde de la laguna Salina Grande. Todos estos miradores cuentan con telescopios gratuitos de uso público, para facilitar la observación de la fauna en cada una de las lagunas. Para completar la visita a la Reserva Natural resulta imprescindible acudir a la Casa del Parque ‘El Palomar’.

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