Diario de Valladolid

La Era Lario (León)

Cocido en casa de Tino en Lario

Tino y Rosa en el comedor del restaurante La Era, en Lario, un día de cocido montañés.

Tino y Rosa en el comedor del restaurante La Era, en Lario, un día de cocido montañés.

Publicado por
Javier Pérez Andrés

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Tino y su restaurante la Era, con casa rural, forman parte de esa hostelería que «hace guardia» en las montañas. Es la denominada gastronomía heroica. Sobre la mesa, un magnífico ejemplo de cocina rural leonesa. El titular es sencillo y solo apunta a un tal Tino, en cuya casa se puede comer y dormir en un pueblo llamado Lario. Pero la cosa cambia si añadimos que se trata de un restaurante en pleno medio rural, en el corazón de la montaña oriental leonesa, en Lario, una pedanía muy activa del municipio de Burón en el Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre, que las ventanas de su comedor dan al majestuoso macizo y que su cocina está abierta todos los días del año, llueva o nieve. En casa de Tino los platos saben mejor. Desde su cocido montañés leonés a cuya cofradía y ruta pertenece, a sus platos de cecina, potajes a diario, los revueltos, las carnes rojas de vaca con patatas fritas, los huevos, la chanfaina de setas, carrilleras, ensaladas y hasta las tartas de elaboración propia. Rosa María Sierra es de Lario y trabaja en casa de Tino desde muchos años. Lo mismo cocina que toma comanda y elabora postres caseros como el de la abuela, «el que se hace con galletas y chocolate de toda la vida». Además, se suma Marisol, que también es de la zona, y Amor, que atiende el alojamiento. Todas alternan entre la cocina y el comedor. Este es el pequeño ejército que tiene Faustino Cimadevilla, Tino el de Lario, para mantener viva y activa una infraestructura necesaria para senderistas, esquiadores, turistas, lugareños, moteros y paisanos de la comarca. Si por esas casualidades de la vida un día de frío te pierdes en la montaña de Riaño y llamas a la puerta del restaurante de Tino -que siempre está abierta- en la carretera, comprobarás donde está la verdadera sensación gastronómica al calor de la chimenea y al sabor de un cocido montañés en la mesa. A diario, menús del día entre 13 y 15 euros. A la carta, con raciones y vinos entre 25-30 euros. Un apunte: que nunca falten vinos de mencía, prietos picudos y godellos entre Riberas, Ruedas y Riojas.

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