Diario de Valladolid

El hígado partido que salva dos vidas

El Río Hortega y La Paz realizan una bipartición hepática beneficiando a un adulto y a un bebé de 6 meses / La ventaja más importante de esta intervención es que se puede trasplantar a niños para los que es complicado conseguir donante

Miembros de la Unidad de Trasplante en las instalaciones del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid. PHOTOGENIC

Miembros de la Unidad de Trasplante en las instalaciones del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid. PHOTOGENIC

Publicado por
Estibaliz Lera

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No pueden vivir con su hígado, necesitan otro para seguir sumando años a la vida. El camino no es fácil. Saben que cada día cuenta y que la espada de Damocles se clava más profundo. Su mejor lotería es recibir esa llamada de teléfono que les anuncie que han encontrado un donante compatible. No siempre es fácil, sobre todo, para los bebés. Por esta razón, la ciencia se empecina en buscar otras alternativas para duplicar las posibilidades. 

Doblar las opciones y devolver la esperanza a varias familias es lo que hicieron hace unas semanas un equipo compuesto por profesionales del Hospital Río Hortega de Valladolid y del Hospital La Paz de Madrid. Juntos han logrado que un hígado salve a dos personas. ¿Cómo? Realizaron el trasplante hepático ‘Split’ basado en una bipartición hepática, es decir, dividir este órgano en dos para beneficiar a dos receptores de un mismo donante. Esta técnica se suele usar cuando uno de los pacientes es un niño y otro un adulto. 

«Es una intervención muy compleja porque se realiza en el donante a la vez que se extraen otros órganos», apunta David Pacheco Sánchez, jefe de servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del centro vallisoletano, quien añade que lo más importante es que las dos partes sean funcionantes una vez trasplantadas. Para ello cada una de ellas tiene que conservar el aporte de sangre arterial y venosa y el drenaje adecuado de la sangre venosa y de la bilis. Por tanto, recalca que es una intervención muy minuciosa y delicada, en la que, además de dividir el parénquima hepático (la parte sólida), es preciso tener un conocimiento exhaustivo de la anatomía vascular y biliar para poder identificarla y dividirla para que ambas partes del hígado puedan ser implantadas con los vasos y los conductos biliares del receptor. «Supone todo un reto». 

Esta cirugía, tal y como detalla, se planeó entre el equipo de cirujanos del programa infantil y del adulto para ver cómo realizaban la división del parénquima y de los vasos. A esto se suma, señala, que lo habitual es que también se extraiga el páncreas para un tercer receptor, sin embargo, este órgano comparte parte de su vascularización con el hígado, lo que complica «un poco más» esta operación. ¿El éxito? Pacheco Sánchez lo tiene claro: «La coordinación entre los equipos quirúrgicos que actúan durante la cirugía de donación para que sea muy precisa». 

La intervención se basa en técnicas quirúrgicas de trasplante muy avanzadas y complejas que consiguen individualizar partes del hígado viables para ser trasplantadas en receptores de muy bajo peso, como pueden ser niños menores de un año, que, debido a la escasez de donantes de su mismo peso, tienen que recurrir a técnicas de bipartición hepática de donante cadáver o donante vivo de un familiar. De esta forma, niños pequeños con enfermedad hepática terminal, explica, pueden ser trasplantados con parte de un hígado de donante adulto, y la otra parte puede ser trasplantada a un adulto «sin que por ello aumente el número de complicaciones postoperatorias en ninguno de ellos». 

En su opinión, la principal ventaja de este tipo de procedimientos es poder trasplantar a bebés con el pool de donantes de adultos , ya que la escasez de donantes de este peso hace que, prácticamente la única alternativa a este procedimiento sea la donación en vivo de parte del hígado de unos de sus familiares, con el riesgo que conlleva para la persona que realiza la donación, generalmente uno de sus padres.

Así, según insiste, se consigue que estos pequeños condenados a morir en un corto espacio de tiempo, tengan una supervivencia muy alta, prácticamente igual a la del resto de niños no trasplantados. A esto se suma, agrega el también responsable de la Unidad de Trasplante Hepático del Hospital Río Hortega de Valladolid, que se beneficia con ese mismo injerto a otro receptor adulto que está en situación de enfermedad hepática terminal.

Esta técnica lleva años realizándose, si bien se lleva a cabo en pocas ocasiones porque los donantes que cumplen los criterios para ser sometidos a este procedimiento no son muchos. En este sentido, cuenta que desde el punto de vista técnico deriva de las intervenciones quirúrgicas que hacen para extirpar tumores hepáticos ya sean primarios o metastásicos, pero con una diferencia, y es que en este caso se deben conservar toda la vascularización y el drenaje biliar de ambas partes en las que se divide el órgano para que puedan ser trasplantados a los receptores. «Supone un reto organizativo, técnico y de coordinación, ya que son muchos equipos trabajando al unísono y todo debe realizarse con precisión milimétrica para que la cirugía y la evolución de los receptores una vez trasplantadas las dos mitades del hígado lleven una evolución satisfactoria», recalca David Pacheco Sánchez. 

Sus planes de futuro son, avanza, seguir mejorando y para ello se rodean de grandes herramientas como son la formación, la investigación y la innovación, con el único fin de mejorar la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes. Por todo ello no dudan en incorporar o ayudar a desarrollar aquellas técnicas innovadoras que permitan conseguir estas metas, adquiriendo en cada momento, tecnología necesaria para poder llevar a cabo este desarrollo.

Preguntado por la situación de la investigación y la innovación en Castilla y León, Pacheco Sánchez sostiene que la Comunidad lleva años realizando un esfuerzo por mejorar la investigación básica y clínica potenciando centros ya consolidados, la creación de institutos de investigación como el próximo que se desarrollará en Valladolid y la atracción de empresas punteras en el sector. «Aunque lejos todavía del objetivo, parece que el camino emprendido puede ser el correcto», zanja. 

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