Diario de Valladolid

«La innovación nos ha ayudado a poder ofrecer una mejor atención»

El cirujano Baltasar Pérez Saborido, entre los 50 especialistas mejor valorados de España

El cirujano Baltasar Pérez Saborido en la puerta del Hospital Campo Grande de Valladolid. PHOTOGENIC

El cirujano Baltasar Pérez Saborido en la puerta del Hospital Campo Grande de Valladolid. PHOTOGENIC

Publicado por
Estibaliz Lera

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Con un amigo del Bachillerato se propuso «intentar curar el cáncer». Baltasar Pérez Saborido quería enfundarse en la bata de médico desde niño; se sentía atraído por ayudar a los demás a través de esta ciencia. «Me llamaba la atención el hecho de poder curar enfermedades y devolver la salud a aquellos que sufrían alguna dolencia», reconoce. Una vocación que se acrecentó durante las clases de Biología. En ellas se empezó a interesar por el cáncer tanto desde el punto de vista de la investigación, es decir, por qué ocurre, qué mecanismos biológicos lo desarrollan…, como, en especial, por su tratamiento, cómo poder ayudar a las personas que lo sufrían para que pudiesen superarlo. 

Este orensano de nacimiento, pero malagueño de corazón lo tuvo claro. Se matriculó en Medicina en la Universidad de Málaga. Tras finalizar la carrera y hacer el examen MIR se especializó en Cirugía General y del Aparato Digestivo. Este interés por esta área le surgió a partir del tercer curso, en el que obtuvo el puesto de Alumno Interno de Cirugía en el Hospital Clínico Virgen de la Victoria de Málaga. «Estos tres años de carrera tuvieron una gran formación práctica pudiendo asistir a múltiples intervenciones quirúrgicas, que fueron encendiendo en mí la llama de dedicarme a la cirugía», recuerda con cariño antes de añadir que le encanta esa relación tan especial médico-paciente que se establece durante una intervención. 

Pérez Saborido se trasladó a Madrid para hacer el MIR de Cirugía General y Aparato Digestivo en el Servicio de Cirugía General, Aparato Digestivo y Trasplante de Órganos Abdominales del Hospital Universitario 12 de Octubre, dirigido por el doctor Enrique Moreno González. Completó su formación con estancias en el St. Mark’s Hospital y en el Jackson Memorial Hospital de Miami, además de estancias cortas para aprender alguna técnica en centros nacionales.

Finalizó el MIR en 2001 y durante seis meses trabajó como cirujano en el Hospital San Camilo y en la Clínica ICE de Madrid. Después estuvo trabajando de manera alterna en el Hospital 12 de Octubre de Madrid y en la Clínica La Luz, desarrollando también mucha actividad de cirugía experimental en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. En el año 2004 se incorporó definitivamente como cirujano al Servicio de Cirugía General, Aparato Digestivo y Trasplante de Órganos Abdominales de este centro, y se convirtió en miembro del equipo de trasplantes de órganos abdominales hasta 2010, que se trasladó a Valladolid. Desde ese año hasta la actualidad es cirujano en la Unidad de Cirugía Oncológica Avanzada del Hospital Universitario Río Hortega. Una actividad que compatibiliza con la de responsable de la Unidad de Cirugía Hepatobiliopancreática y de la Unidad de Cirugía Robótica del Hospital Recoletas Campo Grande.

En el Río Hortega, según comenta, ha realizado experiencias como el trasplante hepático con donante a corazón parado, aumentando así el número de donantes y la posibilidad de trasplantar antes a los pacientes. También puso en marcha el programa de Trasplante Combinado Hepatorrenal en colaboración con el Hospital Clínico Universitario de Valladolid. «Es todo un ejemplo de trabajo colaborativo en equipo en el que tienen que participar un gran número de profesionales de ambos hospitales», celebra. De igual forma, en este centro vallisoletano ha participado en el equipo de Cirugía Oncológica Peritoneal. «Es igual de ilusionante poder ofrecer a los pacientes con enfermedad tumoral diseminada por el abdomen, afectos de cáncer de colon diseminado o cáncer de ovario, por ejemplo, una posibilidad de tratamiento con cirugías muy complejas pero que pueden aumentar las expectativas y su calidad de vida». 

La andadura de Baltasar Pérez Saborido en Recoletas Campo Grande tiene como meta «dar la mejor atención posible a pacientes con problemas de hígado, de páncreas o de vesícula y vía biliar, que requieren tratamientos y cirugías a veces también muy complejas y que se deben realizar dentro de un trabajo en equipo multidisciplinar», subraya y agrega que están en fase de consolidación. En este punto, destaca que con este proyecto están cambiando el paradigma de la atención, formando un equipo de «excelentes profesionales» que garantizan «la mejor y más cercana atención a los pacientes». 

Confianza en los pacientes

Por todo ello, este cirujano está en la élite de la medicina española. Acaba de ser reconocido como uno de los 50 mejores especialistas en la VIII edición de los premios Top Doctors. Se trata de un galardón que le entregan otros profesionales de esta ciencia de la salud y pacientes. «Que los profesionales confíen en mí como persona a la que acudirían si tienen algún problema relacionado con mi especialidad me parece muy interesante, pero, al mismo tiempo, supone un compromiso para seguir intentando prestar la mejor atención a mis pacientes tanto desde el punto de vista técnico como desde el punto de vista humano; un compromiso que obliga a la mejora continua y a la actualización permanente para poder seguir ganándome la confianza de los pacientes», expone. 

En su opinión, la investigación y la innovación son necesarias para el progreso en todas las áreas y, en concreto, en la atención sanitaria. «Sin investigación no podríamos haber encontrado soluciones a problemas que hace años no se podían resolver y, por eso, creo que es básico fomentar la investigación, favorecerla y estimularla», considera antes de explicar que en Castilla y León existen reconocidos institutos de investigación como el IBSAL en Salamanca o el IBGM en Valladolid, pero también existen muchos equipos consolidados de investigadores en todos los hospitales que desarrollan un trabajo impresionante. En este sentido, tal y como destaca, es muy importante inculcarles a los jóvenes este espíritu investigador porque solo investigando podremos progresar, pero no una investigación vacía sino una investigación traslacional aplicable a la práctica clínica que permita atender mejor a los pacientes.

A su parecer, la sociedad sí reconoce a las personas innovadoras, con talento, con dedicación, que tienen como meta, en el caso de la medicina, prestar una mejor atención a los pacientes, con la búsqueda de la mejora continua. «En estos tiempos con la pandemia hemos podido ver cómo la innovación en el manejo de los datos, el trabajo en red, los procedimientos de inteligencia artificial y machine learning nos ha ayudado a poder ofrecer una mejor atención y en un tiempo más rápido», concluye el cirujano Baltasar Pérez Saborido. 

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