La llave maestra de los regadíos

Una llave maestra es aquella que puede abrir todas las cerraduras compatibles con ella. Pues ahora piensen que en vez de no resistírsele ni una... puerta, es capaz de controlar todos los pívots del mercado. Sí, aunque pueda parecer una panacea inalcanzable, existe y se ha conseguido desde el Parque Tecnológico de Boecillo en Valladolid.

Proxima Systems ha desarrollado IProx Pivot, un sistema que permite automatizar y telegestionar el riego. A este logro se suma que es compatible con todas las marcas, edades y colores. Se puede manejar desde cualquier dispositivo, sea tableta, ordenador o teléfono móvil, y desde cualquier parte del mundo. Y lo más importante, su precio. «La gestión de cada pívot va desde los 700 a los 1.100 euros», señala Emiliano Muñoz, director de la empresa.

Pero ahí no se quedan sus ventajas. El dispositivo le puede colocar cualquier instalador, mantenedor o electricista. Verde con verde, azul con azul y rosa con rosa, tensión y ya está en marcha. Pan comido. «Antes era más aparatoso y en la mayor parte de los casos se requería un técnico, incluso lo teníamos que hacer nosotros», señala antes de comentar que la capacidad era «limitada».

Desde la llegada al mercado de este «innovador» producto a finales de 2016, la dispersión de las ventas ha sido «muy grande». Ahora exportan su sistema a varios países del mundo, entre los que se encuentran Estados Unidos, Portugal, Francia, Rusia, Arabia Saudí, Egipto, Argentina, Chile y España. Tienen alrededor de 1.000 dispositivos.

Todo aparece en una pantalla. Sin moverse del sofá. Da igual si las fincas están a cientos de miles de kilómetros, la estrategia se define y los pívots se mueven sin que el agricultor tenga que estar pendiente de ellos y desplazarse a horas intempestivas a la tierra de turno para cortar la lluvia. Deciden cuándo tienen que parar, arrancar, girar, las pluviometrías en diferentes posiciones y ángulos, si la acción se tiene que repetir diariamente o si se van a aplicar fitosanitarios y la máquina se tiene que aparcar en otro lugar para que no moleste. «Hay que tener en cuenta que un pívot puede tardar hasta 24 horas en dar la vuelta».

El director de Proxima Systems expone que esta nueva versión «más compacta y con menos coste» está formada por un dispositivo electrónico que se instala en la última torre del pívot. Éste cuenta con un receptor GPS, que permite dibujar la posición de la máquina sobre el mapa. Al otro lado, se encuentra una página web en la que se registran todos los movimientos.

La rentabilidad es otro de sus puntos fuertes. Según Muñoz, el coste de esta innovación «se amortiza en una campaña». Además, manifiesta se mejora el riego, se evitan las penalizaciones de las eléctricas por regar cuando la electricidad está más clara. «Esto es un tema que preocupa a los agricultores, quienes en ocasiones han llegado a pagar hasta 10.000 euros por regar fuera del horario de su contrato».

Y ¿qué pasa si se rompe? «Es muy difícil, pero tenemos un soporte técnico gratuito», afirma muy orgulloso. De hecho, no hace mucho la empresa vallisoletana fue capaz de resolver una incidencia sin desplazarse de su cuartel general. Un distribuidor de Portugal llamó porque no funcionaba el sistema y desde la oficina determinaron que el problema era que no había tensión y el cable que había que tocar para poner en marcha el entramado. Y es que, tal y como indica, «más del 90% de las averías se arreglan en telegestión». Otro ejemplo que respalda este modelo de negocio es una empresa holandesa que cuenta con 20 pívots en Portugal y gestiona su cosecha desde su sede central en los Países Bajos.

Para llegar hasta este punto han tenido que trabajar mucho. Este equipo ha hecho «un esfuerzo enorme» por conocer cómo funcionan las distintas marcas y modelos que se comercializan en el mundo y, sobre todo, lo que tienen en común para poder gestionar «con la mínima variabilidad». «Hemos sido capaces de sintetizar cuál es la esencia del producto para que sea manejable», remarca el director de Proxima Systems.

Un trabajo que se ha topado con su recompensa en forma de clientes, pero también de competidores. Sí, este negocio pilotado por un hijo de labradores, se ha posicionado «de tú a tú» en prestaciones y en precios con una compañía norteamericana. Tecnología al otro lado del charco que tiene su competidor en Boecillo, una pequeña localidad vallisoletana que exporta talento en forma de productos y conocimientos al resto del mundo.

Un mundo pegado a la industria 4.0. Un mundo que ahorra y busca mirar hacia adelante. España también, pero, en su opinión, en menor medida. De 100 sistemas vendidos, 85 se van fuera de las fronteras españolas y Muñoz se pregunta la razón. Después de mucho estrujarse el cerebro ha llegado a una conclusión: el agricultor da «un valor cero» a sus horas de trabajo. Una situación que no sucede en Estados Unidos, Francia y Portugal.

En este sentido, comenta que cuando intenta explicar su negocio, son muchos los agricultores del campo que aducen que, aunque la gestión del riego en una campaña cueste 500 euros en gasoil, no pasa nada porque «tienen que llenar igual el depósito de combustible». Por el contrario, un empresario estadounidense considera que cada hora de trabajo son 25 dólares, así que si consigue un dispositivo que haga esta labor de forma remota, puede mejorar su cuenta de resultado. Y, añade, lo mejor de todo es que puede invertir ese tiempo en gestionar su negocio para avanzar.