Acompañando a personas con discapacidad intelectual

Que las personas con discapacidad intelectual sean dueñas de sus decisiones y de su vida es el objetivo que persigue Fundación FUTUDÍS en cada una de las acciones que realiza a diario. Son la palanca para que estas personas puedan ejercer sus derechos y obligaciones con los apoyos necesarios y en igualdad de condiciones. ¿Cómo? Les apoyan para que puedan elegir la vida que quieren tener y para que sus derechos sean respetados. Además, en muchas ocasiones, son ese referente profesional que los acompaña en un camino en el que no cuentan con familiares. En la parte emocional cuentan con personas voluntarias para seguir sumando días a la vida.

Actualmente, más de 540 personas con discapacidad intelectual forman parte de esta fundación en Castilla y León, que empezó a forjarse en 1990.

Las personas llegan a FUTUDÍS porque no tienen familia o si la tienen ésta no puede asumir los apoyos que el juzgado dice que tienen que prestar. Una labor, según explica Belén Casado López, directora del Área Social de FUTUDÍS, compleja, ya que los profesionales tienen que analizar bien los autos para saber en qué ámbitos de la vida de cada persona tienen que apoyar. Lo más importante siempre es, añade, tener en cuenta la voluntad de las personas. Y es que cada paso que dan busca potenciar su inclusión social, proteger sus derechos como ciudadanos en igualdad de oportunidades y apoyarlos en sus decisiones para que puedan elegir la vida que desean. Ana y Mario son dos de las personas apoyadas por FUTUDÍS. «Nos ha cambiado la vida, estamos más tranquilos porque no tenemos problemas. Podemos hacer una vida normal que hace cinco años no hubiéramos podido», asegura Mario. En esta misma línea se expresa Ana, quien reconoce que han aprendido mucho sobre comidas, administración y, sobre todo, «no ir a lo loco». En FUTUDÍS intervienen relacionando las tres esferas: personal, económica-patrimonial y jurídica. En el caso de Ana y Mario, tal y como explican ellos mismos, los profesionales de esta Fundación les ayudan a administrarse el dinero para, por ejemplo, saber si se pueden ir de viaje en vacaciones, entre otros aspectos. Mario es una de esas personas, cuenta Ana, que no se dejaba ayudar y «se gastaba todo el dinero, incluso el que no era suyo», ahora, celebra, es él el que pide ayuda. ¿Cómo ha llegado a ese punto? Casado López señala que los profesionales están pendientes para que reciban los mejores apoyos de acuerdo con sus necesidades. No hay que olvidar, agrega, que más de la mitad de las personas que apoyan tienen problemas familiares o no tienen familia. A esto se suma que un 40% está bajo el umbral de la pobreza y un 15% de ellos ha sufrido abandono a lo largo de su vida. Hay tres vías por las que estas personas llegan a la fundación: por decisión de la propia persona, a través de propuestas judiciales o cuando los padres están preocupados por el futuro de sus hijos cuando ellos falten (precuratela). «Los hermanos tienen su vida. No pueden preocuparse de ellos y también de nosotros», apunta Mario. Cuando FUTUDÍS llega a sus vidas, en opinión de la directora del Área Social, se sienten mucho más arropados, respaldados y seguros.

FUTUDÍS ofrece distintos servicios como el apoyo a la toma de decisiones, el servicio precuratelar o de compromiso de futuro y el servicio de información y orientación, intentando sensibilizar e informar a la sociedad.

Además, tienen un programa de voluntariado, el «alma» de la fundación. Ahora, solo el 20% de las personas que apoyan tiene un voluntario, «por eso buscamos que más personas se sumen a este voluntariado», indica Casado López.

Recientemente, realizaron un estudio y el 70% de los participantes aseguró que echaba de menos tener un amigo con quien compartir su tiempo libre. «Hay personas que, al tener un voluntario se desbloquean emocionalmente y se produce en ellas una serie de cambios increíbles», concluye Belén Casado López.