Despedida a lo grande del Recoletas

Aún con el sabor agridulce, pero a fin de cuentas con trazas dulces del final de partido, uno no deja de preguntarse qué hubiera pasado y hasta dónde hubiera llegado este Recoletas Atlético Valladolid si no hubiera padecido el ‘mal de la portería’, con esa serie de partidos en los que fue a la guerra, totalmente indefenso visto para sentencia. Ante el Ademar de León, con la exigencia que siempre tiene un derbi ante el máximo rival, el equipo de Pisonero dejó claro que su buen momento no es fruto de la casualidad sino de tener compensadas todas sus líneas.

El Ademar de los vallisoletanos Dani Gordo (entrenador) y Álvaro Pérez (portero) fue una marioneta en sus manos durante prácticamente durante todo el partido. Su demoledor arranque con un 4-0 en apenas tres minutos ejerció de visionario de lo que iba a pasar después en Huerta del Rey en el último partido de la temporada en casa. Con la motivación extra y la electricidad que siempre desprende un derbi ante el Ademar, Huerta del Rey vibró con un Recoletas liderado por los hermanos Martínez, Álvaro y Miguel, convertidos en abrelatas de la defensa leonesa con 17 goles (9 del pivote y 8 del lateral).

El toque de corneta de Dani Gordo con un apresurado tiempo muerto tan solo tuvo efectos con fecha de caducidad gracias a sus goles rápidos (9-8). Pero El Recoletas, centrado y bien sujetado por su defensa y portería, abrió antes del descanso una vía de agua (20-16) ya irreparable para los leoneses, sujetados únicamente por sus centrales Pérez de Arce y Juan Castro, prácticamente, como se esperaba incordio constante para la defensa de los gladiadores azules.

Pero la perfección del juego coral del recoletas llegaría tras el descanso. Con dos centrales y los Martínez conectados el Recoletas pudo la directa para coger una máxima de ocho goles (30-22 y 34-26) que ejercía casi de sentencia para el Ademar. Casi porque el equipo de Pisonero desconectó antes de tiempo encajando un parcial sangrante de 0-6 que le metió en un abrir y cerrar de ojos el miedo en el cuerpo (34-32). Un tiempo muerto, pedido quizás un poco tarde, del técnico vallisoletano a un minuto para el final sirvió para apaciguar el desbocado estado de ansiedad para, con dos goles de Álvaro Martínez y Freitas, dar la puntilla y rubricar un merecido triunfo inconcluso (36-33) al no poder ganar el average particular con un Ademar que le antecede en la clasificación (es quinto) con dos puntos más, dejando el último partido liguero con el único objetivo de la defensa de la sexta plaza.