Rubio: "Ojalá me quite Pezzolano diez jugadores todos los fines de semana"

«Ojalá me quite Pezzolano diez jugadores todos los fines de semana. Es el mejor regalo que me pueden hacer. Eso quiere decir que están preparados y que en algún momento pueden debutar con el primer equipo».

Álvaro Rubio dejó claro en su presentación como entrenador del Promesas que donde antes existía un camino de espinas, habrá una vía asfaltada. El riojano eludirá la confrontación que tuvo su antecesor Baptista con Pezzolano y lo cambiará por colaboración. De hecho ha formado hasta la semana pasada parte de su equipo técnico. 

«No tuve tiempo de pensarlo porque fue todo muy precipitado. El martes (de la semana pasada) me llamó Domingo (Catoira, director deportivo) y me lo propuso. Me pilló de sorpresa y pedí una tarde para pensarlo. Por la noche le dije que aceptaba este reto. Y estoy muy contento».

«Siempre me ha gustado y llamado la atención el banquillo. Tuve la suerte de que el club me permitió formarme aquí y llevo seis o siete años en el cuerpo técnico del primer equipo. Sinceramente, no tenía pensado dar ahora el salto pero el club  me lo ha pedido y estoy encantado de que piense en mí», agrega el ex mediocentro pucelano, que no cuenta con un referente principal como técnico.

«Aprendes un poco de todos. De los que has tenido como jugador y de estos años en que lo vives desde dentro y lo ves de forma muy diferente. De cada uno cojo lo que creo que me puede servir y estoy en ese proceso de formarme».

Una formación que pasa por la lógica de trabajar el material humano del que dispone. «Tengo claro que soy yo el que debo adaptarme a los jugadores que tengo, y a partir de ahí ver la mejor manera de que ellos rindan al máximo, y más en un filial. Nuestro objetivo fundamental y primordial es la formación y que si el primer equipo tiene que echar mano de ellos, estén listos».

Rubio no será un imitador de Pezzolano. «El club no me ha puesto la línea a seguir de que juegue como el primer equipo ni de que alinee a ciertos jugadores. Iré cambiando porque es parte del proceso con los chavales. No creo que deban de jugar siempre de la misma manera y se hagan sólo a una forma de jugar. Me gusta la variedad y además el primer equipo no juega siempre igual».

Y será comprensivo, pero también exigirá, a los futbolistas a caballo entre ambos equipos. «Intento que los que entrenen con el primer equipo se sientan como en el Promesas, porque es su equipo. Se tienen que sentir partícipes de todo y estar implicados. No me vale que estén con  nosotros y tengan la cabeza arriba».

El nuevo míster no se coloca metas de salvación o ascenso. Su objetivo es otro... aunque quiere llegar al mismo ganando. «Lo que más me interesa es la formación de los jugadores y que, cuando acabe el año, hayan aprendido algo y sean mejores. No tengo un marcado un objetivo de quedar tercero o quinto, sino que cada partido compitan al máximo. A partir de ahí, los resultados llegarán porque son buenos jugadores, igual que la hornada de juveniles que viene».