Garri y Tunde: dos canteranos del Real Valladolid en el limbo

La  vida del jugador que vive a caballo entre el filial y el primer equipo es agitada. Los cambios de vestuario, de compañeros, de entrenador, suponen un desbarajuste ínfimo al lado de la ilusión y el orgullo por vestir la camiseta profesional, en una oportunidad que le llega sólo a un puñado de elegidos.

Pero si algo tiene casi asegurado el futbolista que vive entre dos equipos es que jugará con uno. Si no es con el grande, con el pequeño. No siempre, porque en alguna ocasión puede ocupar banquillo con los profesionales sin llegar a salir, pero sí habitualmente.

Lo que no es usual (y tampoco normal) es que el jugador se quede en tierra de nadie, sin jugar con ninguno de los dos equipos. Ni crece con los mayores, ni aporta su calidad a los pequeños. Y eso está ocurriendo en el Real Valladolid. 

Las víctimas de esta situación son Tunde y, sobre todo, Garri.

Iván Garriel Muñoz (Garri) es un lateral izquierdo iscariense de 18 años con una  correlativa fecha de nacimiento (3-4-05), internacional en las categorías inferiores de España hasta la sub 18 y que llamó la atención del fútbol nacional en los últimos años, con ofertas de clubes nacionales e internacionales, entre ellas una muy seria del Atlético de Madrid.

El Real Valladolid apostó fuerte por su continuidad, hasta el punto de renovarle este verano hasta 2027, con un buen contrato profesional para su edad. La felicidad fue completa cuando se le incorporó oficialmente a la plantilla del primer equipo, aunque con ficha del filial. Era como vivir en una nube. El vallisoletano estaba considerado como el suplente natural de Escudero y a la vez su documentación le permitía jugar con el Promesas. Si no le esperaba con los brazos abiertos Zorrilla, lo harían los Anexos. 

El sueño se desvaneció a medida que se acumulaban las jornadas. Como en el juego de las sillas musicales, Garri no ha encontrado acomodo en ninguna de las dos escuadras.  Las cifras son apabullantes: ha disputado 8 minutos con el primer equipo y 90 (un partido completo) con el filial. Los 12 partidos que ha disputados por el primer equipo y los ocho del Promesas suponen 1.800 minutos oficiales. Garri ha disputado 98.

En Segunda División salió al final del partido contra el Elche y no gozó de más presencias, pese a ir convocado en otras nueve ocasiones.

¿Cuáles son las causas de esta inactividad? En primer lugar, Pezzolano es de los entrenadores que quiere tener todo atado. Y con varios nudos.  El suplente habitual de Escudero en el lateral zurdo es un diestro, Rosa, pero el uruguayo quiere tener a Garri en el banquillo por si acaso.

En el Real Valladolid reconocen que no existe una estrategia sobre este jugador y que se decide su futuro jornada a jornada. Pudo jugar varias semanas con el Promesas en domingo, tras no hacerlo con el primer equipo en viernes o sábado (incluso se puede ahora jugar con ambos el mismo fin de semana), pero el club optó por preservarlo. De hecho sólo ha sido convocado para el filial en el partido que disputó completo, en Santander ante el Rayo Cantabria.

Desde Zorrilla se indica que Garri  hubiese entrado en las rotaciones de la semana con tres partidos (Burgos, Eldense y Mirandés) pero que una infección que le tuvo tres días sin entrenar se lo impidió. Como no se pueden ver los entrenamientos, el hecho pasó desapercibido.

Tunde mejora en algo los números de su compañero, pero lo del nigeriano ha sido un suflé. Entró con la fuerza física que exhiben los jóvenes en pretemporada, cuando los demás aún están en rodaje, pero su caída ha sido de las que duelen. El extremo izquierdo sólo ha disputado 210 minutos oficiales (equivalen a dos completos más media hora) con el primer equipo, repartidos en cinco encuentros, los de las dos primeras jornadas como titular. El dato curioso es que el atacante africano ha entrando en todas las convocatorias ligueras de Pezzolano, pero tras la cuarta jornadas dejó de jugar y su mala reaparición frente al Eldense, en la novena, le postró en el banquillo desde entonces. Con el filial sólo jugó 55 minutos ante el Oviedo B, en su único partido convocado. 

Hay más filiales a los que se puede sacar más jugo, como Cédric, Quintana, Chuki o Frimpong, pero son más habituales, el primero con los profesionales y los otros tres con el Promesas de 2ª RFEF.