'Alcorconazo' en Zorrilla

¿Quién dijo que la Segunda División iba a ser fácil , que no había que bajarse del autobús por el hecho de tener el segundo o tercer mayor presupuesto? Por lo visto en Zaragoza y sobre todo por lo visto ante el Alcorcón,  el Real Valladolid no lo sabe aún. Ni el equipo, ni Pezzolano, ni... Ronaldo, de nuevo mencionado en la grada. 

 

Si en la Romareda el Real Valladolid pecó de blando, no presionar y no ser capaz de terminar una jugada, ayer en Zorrilla, ante el colista, el sonrojo fue mayúsculo en un partido convertido en una auténtica charlotada. Porque el recién ascendido Alcorcón, con poco, muy poco, sobre todo con orden, hizo mucho daño a un Real Valladolid marcado de salida por el empeño de Pezzolano de hacer jugar a Escudero como ‘Don Erre que erre’ de segundo pivote en la salida de balón.

¿Y qué pasó con ese querer jugar a entrenador, más bien inventor? Que el Alcorcón metió el miedo en el cuerpo prácticamente  en su primera aproximación a la despoblado, huérfano y rácano  repliegue defensivo hipotecado por la ausencia de  Escudero.

Jacobo incendió Zorrilla (0-1)  con un gran e inesperado gol de bella factura a los 35 minutos tras una galopada de Addai. Un gol que bien pudieron seguirle otros dos más antes del descanso en pleno desconcierto pucelano  por mediación, primero de Jacobo que pudo tener su momento de gloria con un segundo gol tras fallido intento de vaselina sobre el debutante John, y poco después Riki, empachado de balón y con el ácido láctico desbordado. 

La insistencia del Alcorcón, sabedor a lo que jugaba, orden atrás y espera, paciente espera para contragolpear por... el carril izquierdo del Real Valladolid, sacó los primeros pitos de una grada impaciente que se desesperó ante lo poco que ofrecía su equipo. Y es que el Alcorcón se presentaba en Zorrilla como colista sin saber  lo que era meter un gol con seis encajados en dos partidos.

La incapacidad del Real Valladolid le hizo esperar y encomendarse a la segunda mitad y a los ajustes de Pezzolano en el descanso. Pero incomprensiblemente los cambios y reajustes no solo tardaron en llegar  sino que la apuesta de Escudero, el agujero, siguió en el campo.

Pezzolano cambió de dibujo pasando a un 4-4-2 dando entrada a un Sergio León que apenas tocó balón. El Real Valladolid, con Iván Sánchez y sobre todo Raúl Moro de punzones, apretó hasta encajonar a un Alcorcón que pese al acoso no fue derribado. Ni siquiera con las dos ventanas utilizadas a las primeras de cambio por lesión de Obi y Mosquera. Todo fue un desastre. Boyomo cayó en el olvido, Pezzolano inventó cambiando a los jugadores de sitio (Quintana también acabó de central) y apenas se contabilizó una ocasión clara de gol tras un remate de Monchu a quemaropa que fue despejada por el cancerbero Ruiz. 

El estado de ansiedad del Real Valladolid fue mayúsculo desde el inicio comenzando por Kenedy, como siempre para acabar desapareciendo. Apenas dos chispazo a cargo de un voluntarioso Raúl Moro. Poco más, nada más. Porque el Alcorcón, sí el colista, tuvo más ocasiones, con el segundo gol (0-2) de Sousa y con otras tres ocasiones que no supo concretar el conjunto alfarero.

Un ‘Alcorconazo’ en toda regla . Y de fondo, pitos y gritos de ‘Ronaldo vete ya’ . Ver para creer y sobre todo para digerir. Está visto que el triunfo inicial ante el Sporting fue mero espejismo.