Diario de Valladolid

TRES SEGUNDOS / OPINIÓN

Cuando perder así es ganar un poco

Como hiciera hace 23 años, el balonmano se da un chute de autoestima con su puesta en escena en una Copa del Rey para el recuerdo

Numerosos aficionados del Recoletas Atlético Valladolid se desplazaron a Santander a animar a su equipo en la Copa. / EL MUNDO

Numerosos aficionados del Recoletas Atlético Valladolid se desplazaron a Santander a animar a su equipo en la Copa. / EL MUNDO

Publicado por
Guillermo Velasco
Valladolid

Creado:

Actualizado:

... Y el balonmano resucitó de sus cenizas. Y lo hizo de nuevo en la Copa del Rey. Por unos momentos el heroico Recoletas Atlético Valladolid , el equipo que en Liga colinda con el abismo del descenso, nos hizo retrotraernos nada menos que 23 años atrás cuando el balonmano era balonmano, cuando el balonmano era capaz de hechizar no solo a los entendidos sino también a los neófitos en la materia. Cuando Valladolid en balonmano comenzó a labrarse la condición de matagigantes y cuando de la mano de Juan Carlos Pastor ideó un plan, el de desafiar el muro de la lógica con un sistema y un patrón de juego revolucionario que hoy, 23 años después sigue en pie como modelo.

Aquella primera final de Copa del Rey que jugó, de puntillas y sin hacer ruido el por entonces BM Valladolid de los Malumbres, Raúl, Davis, Iker Romero, Dasilva Roberto, Jorge Martínez, cortés, Paco, Chema y... David Pisonero (máximo goleador y MVP de la Copa) supuso un antes y un después en el balonmano de élite de Valladolid.

23 años después y tras vivir la época gloriosa del BM Valladolid con dos títulos de Copa, 1 de Copa Asobal y 1 Recopa de Europa, además de un puñado de finales, entre ellas aquella mágica final de 2000 en Zaragoza ante el llamado Dream Team del balonmano mundial como era aquel también invencible FCBarcelona de los Barrufet, Svensson, Urdangarín, Masip, Ortega, Lozano, O’Callaghan, Guijosa y compañía , el Recoletas Atlético Valladolid resucita con su osadía, su desparpajo y ese estilo que intenta impregnar el único superviviente de 2000, David Pisonero, ahora como entrenador, un balonmano, una causa, otra vez para engancharse.

En Santander el Recoletas Atlético Valladolid , por momentos, nos hizo a los muchos que vivimos aquellos maravillosos años, retrotraernos al pasado. La épica y la fe que movió la montaña de Sinfín y a punto estuvo de hacerlo con la del BMLogroño, nos hizo a todos rejuvenecer dos décadas y en mucho se pareció a las montañas levitadas de entonces de Portland y Gáldar. Cierto es que se acabó cayendo en semifinales y no se alcanzó la final pero las sensaciones fueron las mismas. Como la imagen de las gradas, con muchos, muchos aficionados de Valladolid, a los que se sumaron los del resto para honrar el tributo al balonmano brindado por el equipo de Pisonero 'El paciente', el que nunca pierde los nervios, el que siempre es capaz ver aunque sea por una rendija pequeña que la botella siempre está medio llena.

El papel del Recoletas en la Copa de Santander debe de servir de sólidos cimientos no solo para reafirmar el actual proyecto sino para lanzar un órdago a la grande como se hiciera antaño. Porque el grupo lo merece, porque el esfuerzo de hacer olvidar al desaparecido BM Valladolid vuelve a tener, pese a lo que diga la actual clasificación de la Liga Asobal, brotes verdes. Es hora de apostar a ganador Sr. presidente Mario Arranz . Es hora de crecer y de poner los recursos necesarios para que el balonmano vuelva a ser el de antes, el que nos enamoró a todos.

tracking