Diario de Valladolid

BALONMANO / LIGA ASOBAL

El Recoletas, una gaseosa de dos minutos ante el Ademar de León

La efervescencia inicial del Recoletas tuvo fecha de caducidad, apenas dos minutos, con un tiempo muerto del maestro Cadenas, que ejerció de despertador de un Ademar infinitamente superior / La aportación de la portería, clave

La defensa de Ademar frena al local Borja Méndez. / LOSTAU

galería de imágenes del derbi en huerta del rey entre el Recoletas y el Ademar. / J. M. LOSTAU

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Guillermo Velasco
Valladolid

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Y el maestro Manolo Cadenas se comió (literalmente) al alumno aventajado David Pisonero. Tres minutos de zozobra del Ademar, los primeros, bastaron para que el entrenador del Ademar cortara de raíz el prometedor arranque del Recoletas.

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Un tiempo muerto para ejercer de despertador de su equipo. Dos zarandeos a dos de sus jugadores y respuesta inmediata con un partido diferente. Así es el impetuoso Cadenas, todo carácter, todo sentimiento, todo raza. Un maestro que en esta ocasión no se dejó sorprender ante su alumno aventajado David Pisonero  con el recuerdo presente de la verbena sufrida de la pasada campaña con aquella derrota con guarismos de récord (45-40) que escoció y mucho, no se dejó sorprender. 

En un abrir y cerrar de ojos el 3-3 dio paso a un parcial de 5-0 que hizo mella en el Recoletas. Entre otras cosas porque el Ademar abrió una brecha en el marcador que nunca conseguiría cerrar, ni si quiera tras el pertinente tiempo muerto de Pisonero a los 12 minutos porque la vía de agua parecía irreparable (8-12) vistas las sensaciones de uno y otro conjuntos.

El derbi por antonomasia del balonmano español, siempre con cierto picante en las gradas, quedó a las primeras de cambio descafeinado. Porque la diferencia entre ambos equipos era abismal en  muchas facetas del juego. La primera, en la portería.

Porque mientras YerayLamariano, otrora héroe del equipo, era masacrado sin piedad una y otra vez, su homólogo en la portería leonesa, el iraní Saeid Barkhordari, se disfrazó de muro casi inexpugnable ante la incapacidad ofensiva del Recoletas.

El derbi, por historia siempre eléctrico, no tuvo en esta ocasión chispa porque Cadenas tenía bien estudiado al Recoletas con una defensa 6-0 muy cerrada sabedor que el único camino del Recoletas, con una cojera evidente en el lanzamiento de nueve metros, era la conexión con el pivote. Y sin la aportación desde la línea de seis metros, el Recoletas, ni siquiera con su fórmula o apuesta del siete contra seis, ayer utilizada con demasiados riesgos ante un rival que vuela en contraataque, y quizás también en exceso y sin prácticamente rendimiento alguno, es menos Recoletas.

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No hubo batalla.  El Ademar, liderado por el vallisoletano David Fernández, el jugador zurdo que en un principio estaba lesionado (otra sabia treta del maestro jugando al escondite), abrió sin piedad alguna en canal a su rival. Sus latigazos ejercieron de mágica guía de un ataque que volvió a sacar petróleo por enésima vez de sus acciones en transición castigando las pérdidas de balón o los malos ataques, ayer también demasiados. 

La oposición del equipo de Pisonero, sin la aportación de la portería (apenas cuatro balones detenidos en todo el encuentro) y con las cartas totalmente marcadas en un ataque  sin continuidad hacia sus extremos, ayer espectadores de lujo en la banda, llegó a su fin casi coincidiendo con el descanso (14-17). A partir de ahí,  el derbi fue un tormento para el Recoletas en la imposible caza del gato hacia un ratón que aumentó las diferencias con el paso de los minutos en una carrera plácida y sin apenas oposición.

Un Ademar que repartió su protagonismo goleador prácticamente entre tres jugadores, Antonio Martínez, Castro y David Fernández, con 24 de los 35 goles. Enfrente el único faro en ataque lo aportó y... ya tarde y con todo el pescado vendido el central Borja Méndez, un islote en medio de la inmensidad del océano. Una oportunidad de oro perdida para acabar la primera vuelta con un notable alto. Porque se esperaba otra cosa, otra batalla viendo las dinámicas de uno y otro equipo en los últimos partidos. Pero Cadenas sigue siendo mucho Cadenas. La derrota en casa ante Torrelavega, corregida con el triunfo en la que fue, antaño, su casa.

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