Diario de Valladolid

BALONCESTO / LEB-ORO

La venda puesta antes que la herida condena al Real Valladolid Baloncesto en el WiZink

El UEMC Real Valladolid pierde su chispa ante un Movistar Estudiantes que supo vivir de las rentas dejadas por los triples hasta el descanso y el dominio en el rebote y la clase de Larsen en la segunda mitad (81-70)

Movistar Estudiantes - UEMC RV Baloncesto. / LOF

Galería de fotos del Estudiantes-UEMC Real Valladolid Baloncesto. / LOF

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Guillermo Velasco
Valladolid

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Dicen que el halago debilita. Igual por eso Paco García, el entrenador que de puertas hacia adentro aprieta hasta la extenuación por el gen ganador que tiene dentro de sí, optaba en la previa del partido, de forma muy sibilina y elegante, con un verbo fácil e incluso con dotes de convicción por ponerse la venda antes que la herida de cara a su visita al WiZink Center.

EL MUNDO

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El fiero Estudiantes, uno de los grandes candidatos al ascenso, esperaba a los vallisoletanos dispuesto a seguir la estela del hasta ahora imparable Zunder Palencia.

«Había que desdramatizar» en caso de una derrota ante los colegiales decía viendo potencial, presupuestos, escenario de juego... Un mensaje quizás visionario pero un tanto contradictorio viendo el buen momento de su equipo. 

Paco pareció ver las orejas al lobo antes que nadie pese a que un Estudiantes caótico deambuló caricaturizado en el primer cuarto donde apenas fue capaz de anotar 14 puntos. Pero el UEMC, quizás contagiado por los errores de su rival, tampoco fue capaz de aprovechar la concesión de los colegiales. El 14-14 del marcador, que en cualquier otra situación podría darse por bueno, era una losa por lo concedido.

Y es que el despertar de la fiera (Estudiantes) no se hizo esperar a base de triples, mal defendidos por otra parte, en un segundo cuarto de naufragio en el que solo Pantzar era capaz de acudir al rescate, con 13 puntos en 9 minutos. Y es que tan solo cinco jugadores del UEMC fueron capaces de anotar hasta el descanso, por ocho del Estudiantes.

El 41-34 del ecuador enseñaba las costuras de un UEMC extremadamente blando y dependiente de su MVP, Pantzar.

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Precisamente la tercera falta en el inicio del tercer acto de Pantzar, como era de esperar, ejerció de condena para el equipo de Paco, que vio como sin su MVP en cancha, el Estudiantes, con un parcial de 12-0 en un abrir y cerrar de ojos,  cogió una renta de 16 puntos (63-47) en pleno desconcierto vallisoletano para convertir el resto del encuentro en una lucha contra el reloj con la llamada a filas de nuevo y por obligación de Pantzar como único camino de la reacción.

Porque con Mike Torres, aún con puntos en sus manos, el equipo no jugaba a nada en lo más parecido a la anarquía. Porque los aleros, que estaban secos parecían tener una venda en sus ojos que les impedían poder ver a los interiores, como Allen, en el desespero tras ser capaz de ganar  la posición. Y así Estudiantes, apoyado con un excelso Larsen, solo tuvo que vivir de las rentas para devolver a la realidad al Real Valladolid Baloncesto.

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