FÚTBOL / REAL VALLADOLID
La segunda vida de Raúl Carnero
«Al operarme me dijeron que podía ser el final y tener que plantearme la retirada», confiesa el lateral / Volvió tras catorce meses y con total éxito a disputar un partido de Liga
La potente imagen que desparramó el Real Valladolid por el césped del Heliodoro Rodríguez dejó un soberbio resultado y grandes protagonistas que se convirtieron en piezas clave para forjarlo. El enorme éxito camufló de forma inconsciente otro logro casi tan importante de cara al esprint final de la competición: el estreno esta temporada de tres jugadores después de superar sendas lesiones.
Ninguna de ellas fue leve. Todos han necesitado meses de recuperación. Pero de entre todos ellos, la figura de Carnero emerge por la gravedad de su mal sobre las de Hervías e Iván Sánchez, que también han pasado lo suyo, superándolo con tanta dureza como fuerza física y mental.
Carnero disputó íntegro el partido de Santa Cruz. No jugaba en Liga desde que el 29 de diciembre de 2020 lo hizo en Cádiz . Un año, dos meses y dos semanas exactas median entre ambos partidos. En 2021, el coruñés sólo jugó los partidos de Copa ante el Marchamalo y Las Palmas, ambos de esta temporada. Sin embargo el zaguero aguantó como un titán los 90 minutos ante el Tenerife. Defendió, sacó faltas, se incorporó al ataque y demostró rendir como uno más, burlándose de su inactividad.
Pero su evolución no se mide sólo en meses de espera. También en la fuerza mental que permite aguantar en medio de ese océano de inactividad, y más cuando se le dijo que el fútbol era quizá historia para él, a causa de una lesión de rodilla más grave de lo pensado.
«Nunca pensé en tirar la toalla, Estaba en el grado máximo de mi lesión y cuando me plantearon la opción de operarme, me explicaron todo el proceso y me indicaron que podía ser el final y tener que plantearme mi retirada», confesó el blanquivioleta tras el entrenamiento de ayer. Su respuesta ya es conocida a estas alturas de su historia personal.
«No se me vino a la cabeza. Mi idea era trabajar y trabajar, e ir día a día. Y aquí estoy. Acorté un montó los plazos, con el riesgo de otro tipo de lesiones. Además cogí el covid y tuve otra pequeña lesión. Pero cada vez me encuentro mejor y con más fuerza».
Carnero ha trabajado como una bestia (en el más noble de los sentidos) durante estos meses. Era visible en los días de entrenamiento en solitario sobre el césped. No regateaba ni un ápice de esfuerzo. ¿Fue más dura la lucha física o la psicológica para su total recuperación? «Creo que más la psicológica. Hay días en los que vienes y crees que eso no va para adelante, y otros en los que te ves ya para salir al campo. Es todo psicológico».
El gallego da su receta para ganar esa lucha mental. «Me centré en objetivos muy, muy cortitos y eso fue lo que me llevó a estar hoy aquí». Tras los dos preámbulos coperos, en Santa Cruz llegó su eclosión. «Me sentí muy feliz después de tanto tiempo sin jugar 90 minutos y por haber aportado al equipo en una victoria muy importante . También estoy agradecido a todo el mundo que hizo un gran trabajo para que yo estuviese ahí. Ahora quiero seguir sumando».
Disputar el partido entero, con su gran trascendencia y sin hacerlo desde hace más de un año, fue duro pero muy gratificante. «Al principio estaba un poco más nervioso de lo normal por los muchos meses sin jugar, pero poco a poco me fui encontrando mejor, yendo de menos a más, en la línea del equipo. Acabé muy cansado porque el cuerpo lo nota después de tanto tiempo, pero me vi bien, con ganas de seguir creciendo. Esto personalmente me suma mucho y en lo colectivo también, para seguir apretando».
Carnero dio la impresión de llevar tiempo jugando. Se lo agradece a Pacheta. «Todos los jugadores tenemos las cosas claras y muy trabajadas . Eso hace que yo entre después de mucho tiempo y tenga automatizado lo que debo hacer. Pero no me planteo la titularidad, no está en mi mano».