Diario de Valladolid

BALONMANO / COPA DE LA REINA

Tocará sufrir en Huerta del Rey

El Caja Rural Aula, con la ausencia del motivador Peñas, se desfonda y se hace el hara-kiri en Porriño en el partido de ida despues de mandar durante muchos minutos GALERÍA FOTOGRÁFICA DEL ENCUENTRO

Porriño-Caja Rural Aula, partido de ida de la Copa de la Reina. /V. G. DE GARIBAY

Elena Cuadrado es sujetada por dos rivales. / V. G. DE GARIBAY

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Guillermo Velasco
Valladolid

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Toque de corneta. Toque a rebato. Al Caja Rural Aula no le queda otra que apelar un año después a la épica. Esta vez más si cabe que el pasado año cuando tuvo que remontar tres goles de forma agónica ante el siempre rocoso Porriño. Ayer  el Aula no tuvo alma. Fue la i sin el punto. Un equipo plano, cansado de piernas por el largo viaje en el día y posiblemente mediatizado por la ausencia en el último momento de su alma máter, su entrenador Miguel Ángel Peñas, que tuvo que irse a Sevilla de forma prematura por el fallecimiento de su suegro. Aún así, el Aula llevó la manija del partido durante muchos, muchos minutos. Pero de pronto se atascó y el miedo de verse empatado por su rival y después sobrepasado, le dejó contra las cuerdas. No queda otra que apelar a la heroica dentro de dos días (el sábado a las 19.00 horas) en Huerta del Rey si quiere volver a vivir la magia de una fase final de la copa de la reina, su competición fetiche donde acumula dos brillantes y a la vez heroicos subcampeonatos.

Pero el Aula, que hizo lo más difícil como era mantener a raya a su adversario con diferencias que alcanzaron en varias fases del encuentro los dos goles, tan solo siguiendo el guión de elevar el ritmo de juego, acabó sin oxígeno, sin ideas y sin una líder que tirara del carro en el momento de atasco.

El partido se rompió a partir del minuto 38 cuando las vallisoletanas obligaron al Porriño a solicitar tiempo muerto con un 16-19 en el electrónico. La respuesta gallega no se hizo esperar y un parcial de 6-2 devolvió el minuto de sosiego y de aclare de ideas al banquillo vallisoletano (21-21). 

Pero el 21-21 no fue lo peor porque el Aula se quedó sin respuesta en el campo y en un banquillo que no supo parar la sangría. Los tiempos muertos de Escudero no sirvieron para dar con la tecla.

Ni siquiera jugando varios minutos en superioridad numérica. Porriño, con alas solo tuvo que dejarse llevar. De poco o más bien de nada pesaron sus pocas rotaciones porque estaba entero.

Porriño cogió por primera vez la delantera (22-21) con 14 minutos aún por jugarse y ya no la perdió. El Aula, obtuso, quedó anclado en los 23 goles.En esta ocasión ni siquiera fue capaz de correr. Las diferencias fueron en aumento hasta el 28-23 final con un penalti errado por Elba a 35 segundos para el final del encuentro. Toca remar. Toca rezar.

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