El Real Valladolid se hunde fuera

En los hogares de las familias pudientes con varias personas a su servicio, cuando llega la hora de la comida o la cena, previo aviso de la cocinera, entra la doncella al salón y comunica: ‘Cuando los señores quieran’ . 

Pues eso. Cuando los señoritos del Real Valladolid quieran . 

Y cuando Pacheta ejerza de sargento de infantería encargado del rancho, se quite el mandil para calzarse las botas y el uniforme de camuflaje, y se le ocurra decir: ‘Os coméis al rival o no volvéis a comer caliente en vuestra vida’ . Entre vuestra y vida puede colocar usted el adjetivo que quiera. El mío comienza por p . 

Porque al míster se le cae su equipo fuera de casa , como una porcelana en una ferretería.

El Real Valladolid se ha metido tanto en el papel de rico que juega cuando quiere . En casa sí, que aprieta la afición. Fuera, si se da el día, hace bueno, el rival no achucha y comienzan a salir las cosas, también.

Pero si enfrente se colocan once tíos con hambre , que rascan e incluso pegan con la anuencia del árbitro, que saben de la flojera del Pucela a domicilio y la explotan, surgen engendros como el primer cuarto de ayer , en el que el Huesca marcó dos goles cómicos a un Pucela que estaba en cuerpo pero no en espíritu. Al final 3-2. Diez goles en contra en los tres últimos desplazamientos , sumando el 3-1 de Almería y el 4-1 del Amorebieta.

Si eso no es un problema, que Pacheta saque sus apuntes y nos demuestre lo contrario.

Lo cierto es que ese inicio bochornoso , impropio de un grupo de profesionales, lastró el partido. Todo lo que ocurrió después hay que explicarlo bajo el prisma de un equipo que ya contaba con una ventaja importante, aunque al final pudo perderla. Porque el Huesca es recién descendido, pero era 14º en la tabla. Por debajo de Cartagena e Ibiza, entre otros.

Esa falta de actitud castellana al afrontar el partido se pagó enseguida. Gaich avisó en el minuto 4, pero Joaquín tapó su incursión. A la segunda ya no avisó, sino que pegó. Andrei toreó por la banda a Plano y Nacho, sin el café de la tarde para espabilarse, y su centro lo remató de tacón el argentino . Javi Sánchez, que debía estar encima de él, le dio dos metros. Otro sin café, más bien con una tila encima.

El gol espoleó... al Huesca. Seoane, que hizo un daño enorme entre líneas, disparó demasiado cruzado tras plantarse solo ante Roberto. En el 21 llegó el 2-0. Miquel remató de cabeza en el área a la red sin saltar . Ha leído bien: sin-sal-tar . Los centrales no estaban y Luis Pérez se agachó, aunque no había setas en el césped.

Al darse cuenta del desaguisado que estaban montando, y coincidiendo (más que provocando) con el repliegue del Huesca, el Pucela se estiró . Y llegó. Y comenzó a jugar. Necesitó el 2-0 para sentir la llamada del deber. Luis Pérez avisó con un disparo lejano rechazado por Andrés, que paró después justo en la raya un cabezazo de Joaquín. Un doble tiro de Aguado y Weissman fue de nuevo repelido por el ubicuo meta. Plata tuvo otras dos antes del descanso.

La segunda mitad comenzó con el Pucela igual de volcado . Y Plata marcó , tras despejar Andrés un tiro a bocajarro de Plano. Era el minuto 63 y había tiempo para recoger lo tirado. El Pucela, por fin intenso, lo intentó, pero Weissman no atinó en dos ocasiones. Ya a la desesperada, con el Real Valladolid desatado , Seoane aprovechó una contra para burrear a Joaquín y Javi Sánchez, y marcar, mientras caía, de caño a Roberto. Era el minuto 80.

Kike puso de una preciosa volea el 3-2 en el 94. No había tiempo pero tampoco se buscó la heroica. Al final otros tres que caen fuera, donde el Pucela es Pucelita . Y donde Kike y Anuar pueden acabar un partido como laterales. Tampoco fue el día de Pacheta para leer el partido. Ni el libro que se titula: ‘Así no se asciende’.